Revista de Guitarras

Pablo Padilla

Pablo Padilla es un guitarrista español, residente en Los Ángeles USA, un músico en constante evolución  que combina su trabajo como instrumentista freelance con actividades complementarias e igual de importantes como la composición, los arreglos y la producción… fundamentalmente. Como el todo es más que la suma de las partes, cada día es un músico más completo a base de estudio, esfuerzo y observación de todo lo que ocurre a su alrededor.  En esta entrevista hablamos de todo ello.

 

¿Cuándo comenzaste con la guitarra? ¿Qué recuerdas de los primeros años de estudio?
Curiosamente, a pesar de mi padre ser, siempre ha sido, un fan de la guitarra desde que tengo uso de razón (el primer LP que compró fue “Second Album” de Roy Buchanan -‘73- )  tener una espacio en la casa dedicado exclusivamente a escuchar música y mi madre una gran afición por aprender a tocar la guitarra, no mostré interés alguno por la música hasta la adolescencia. Recuerdo que el álbum “Keep The Faith” de Bon Jovi causó un gran impacto en mí. No sólo me gustaban las composiciones, si no la producción, los detalles, la orquestación de instrumentos, los ambientes, etc.  La epifanía llego al ver el videoclip del single “Bed Of Roses”.  En él se ve a Richie Sambora tocando en el estudio, con velas y un ambiente más íntimo, que me pareció increíble. Posteriormente se ven imágenes del tour. El plano en lo alto del acantilado tocando el solo. A partir de ahí, ¡“no mire atrás”!

Recuerdo tener que pedir permiso a mis padres para comprar una guitarra eléctrica y ahorrar durante dos años todo el dinero que me daban cada fin de semana, pacientemente. Con la condición de buenas notas y estudiar guitarra clásica durante un año académico, el 23 de Junio de 1993 compré mi primera guitarra eléctrica y mi primer amplificador. ¡Uno de los días más felices de mi vida!

Recuerdo que en ese verano, mis padres habían construido una piscina, lo que era un gran acontecimiento para la familia. No hice caso en absoluto a ese acontecimiento. Me dirigía al espacio donde tenía mi amplificador y mi guitarra y pasaban de 8 a 10 horas todos los días, sin falta, sin salir de ahí. Muchos días ni comía, con la pertinente preocupación de mi madre. (Risas). Coincide con el descubrimiento, unos meses antes de una revista americana “Guitar For The Practicing Musician” en Almería, donde vivían mis abuelos. Recuerdo ver la revista en uno de los múltiples kioskos que hay (al menos, había) en el Paseo de Almería y tener la sensación de descubrir el “mapa del tesoro”. Pensé: “ OK, entonces existe toda esa información que he usado en guitarra clásica para el mundo del rock!”. Siempre recordaré la vuelta a mi “vida académica” tras ese verano. Amigos míos no daban crédito a la forma en que había aprendido a tocar en 3 meses. Esa experiencia me enseñó que el trabajo duro siempre tiene su recompensa.

 

¿Qué significa para ti la guitarra más allá de un medio de vida?
Definitivamente, un canal de expresión para mí. No soy una persona muy extrovertida y la guitarra, o la música, en general, me ayuda a expresar lo que siento o pienso. Además, también considero su construcción, la lutheria, un arte. Un arte en el que se incluyen factores tan objetivos como la física, los avances tecnológicos durante el siglo pasado y tan subjetivo como la estética. La combinación de ambas y todo lo espiritual que se puede obtener como resultado de un objeto así constituye un hecho fascinante para mí. Honestamente, yo considero la guitarra, o cualquier instrumento que se elija para hacer música, más que un medio de vida, una “forma de vida”.

Evidentemente, hay que ser práctico y vivir con los pies en el suelo. Hay que tener una vida digna y para ello, aunque no nos guste reconocerlo en muchas ocasiones, hay que tener dinero suficiente para no preocuparse y poder responder a las necesidades básicas de una persona en sociedad. Dicho esto, el tener dinero suficiente para sobrevivir en buenas condiciones te permite dedicar tiempo a perfeccionar tus capacidades en el instrumento y disfrutar de la música de una forma más profunda. Así lo considero. La guitarra y su estudio, en mi caso, me han aportado conocimiento, disciplina y capacidad de reflexión y superación, los cuales me han servido y sirven en mi vida no musical, también. Existe una, que considero feliz, retroalimentación entre la guitarra y yo.

¿Cómo llegó tu primer trabajo profesional?
Mi primer trabajo profesional fue la grabación de un anuncio radiofónico para una revista. La sesión fue en Guadix, mi ciudad de origen. A uno de mis profesores en el instituto, gran apasionado de la música, le encargaron la realización de este anuncio para ámbito nacional. Recuerdo que no llevaba más que unos meses tocando la guitarra, pero, para mi sorpresa, ya era capaz de entender lo que me pedían en el estudio. Me di cuenta de que, aunque aún me quedaba mucho camino por recorrer, me sentía cómodo en un estudio de grabación. Lo sentía como un laboratorio en el que experimentar ideas musicales. ¡Apasionante! Esa sesión marco mucho mi carrera musical. Me “engancho” al estudio y desde entonces siempre he tenido preferencia por ese ámbito. También inicie una estrecha relación con José Luis Salmerón, técnico de sonido y productor en dicho estudio. Me convertí en su sombra por una buena cantidad de años y asistí tanto como guitarrista/arreglista o como simple espectador a todas y cada una de las sesiones que se hicieron en ese estudio. Una experiencia de incalculable valor, desde mi punto de vista.

¿Puedes citarnos 3 guitarristas y 3 discos que hayan sido significativos para ti?
Si consideramos estos discos como participes de cambios importantes en mi vida musical o la muestra de  nuevos camino a seguir:

– Joe Satriani “Time Machine”  (Epic, 1993). Este álbum lo escuche durante muchos años, tumbado en mi cama, sin guitarra en mano, y con auriculares. Como simple oyente. Es grandísima mi admiración por Mr. Satriani. No solo como guitarrista sino como músico. Tantos detalles en ese disco: de producción, efectos, arreglos… una obra de arte. El tema inicial, de título homónimo, siempre ha sido un referente para mí. Siempre que lo escucho, pienso en una persona contando una historia, muy excitante, transportándote a otro lugar. En el segundo CD se encuentra la versión en directo de “Rubina” (quizás, mi tema favorito de Satriani). Y esa, en mi opinión, al igual que la de otros muchos fans, es la mejor versión que ha interpretado de ese tema. Hace unos meses tuve la suerte de conocer y compartir mesa con Matt Bisonette. Hablamos de este álbum y esa conversación completo un ciclo personal para mí. ¡Gran experiencia! ¡Soy gran fan! Sin haber escuchado a Satriani, no tocaría la guitarra eléctrica como lo hago hoy día. ¡Le debo mucho!

– Toto “Tambu” (Legacy, 1995). A este álbum llegue, curiosamente, por un tema que no tenía mucha guitarra, pero que siempre me ha parecido uno de los mejores de Toto. Se trata de “I Will Remember”. Toda una clase de producción y buen gusto de parte de algunos de los mejores músicos del mundo. Descubrir a Steve Lukather supuso entrar de lleno en el sendero de ser músico de sesión o músico profesional. Antes de eso, solo consideraba la música como afición. Lo que más me llamo la atención sobre Mr Lukather fue la capacidad que tenia de tocar todos los estilos y aportar tanto a una canción, y con tanto gusto y pasión. En ese disco, hay hard rock, pop, cantautor, funk, fussion, instrumental, country… todo tipo de música, interpretada con un gusto exquisito. Siempre quedaba hipnotizado con el solo de “Gift of Faith” o el groove de “The Turning Point”.

– Allan Holdsworth “Hard Hat Area” (Polydor, 1993).  ¿Qué se puede decir de Allan Holdsworth sin quedarse corto? Este álbum posiblemente contenga el Allan menos “out” y más reflexivo o contemplativo de todos sus álbumes. Este álbum me enseñó a intentar ser personal y no disculparse por ello. En este álbum, Allan puede ser la persona más compleja o la persona más adorable, musicalmente hablando, y pasar de una cosa a otra en segundos. Algo que siempre me ha llamado mucho la atención y gran parte de mi atracción por este album, es la mezcla, realizada por Gordon Davis. Considero “Low Levels High Stakes” una de las obras de música contemporánea más importante del siglo XX. La entrada al estilo raveliano, el piano cargado de influencias de Debussy y Bill Evans, con algún tinte flamenco incluso. El solo de Allan es simplemente una obra maestra en todos los aspectos. Un solo a estudiar, como se estudian los de otros referentes como Wes Montgomery.

XIAOYI

El primer disco…
No recuerdo exactamente cuál fue el primer disco que grabé, completo, si a eso te refieres. Sin duda, debió ser en la época que mencione antes. En el estudio de grabación que había en Guadix y en el que pasé tanto tiempo. Se hacían demos, discos, jingles, singles… en multitud de ocasiones, ¡no se sabía dónde terminaba la demo y empezaba el disco! (Risas). Grabé gran cantidad de proyectos, de muy diferentes estilos musicales, y de forma continuada, en ese lugar. Lo interesante, para mí, de esa experiencia, fue la de tener que imaginar y desarrollar una forma de trabajo sin información exterior de ningún tipo.

En esa época aún no se disponía de internet (vendría unos pocos años más tarde), es una localidad pequeña en la que no había músicos con los que compartir información. Lo que hacíamos era escuchar discos que nos gustaban e imaginar como habían conseguido todos esos detalles que nos llamaban la atención. Recuerdo hacer eso con varios discos (CDs en esa época) que llegaron a nuestras manos. Álbumes como “Hourglass” (‘97) de James Taylor (producido por Frank Filipetti) o “Seal” (‘94) de Seal (con Trevor Horn en la producción). Cuando me trasladé a Madrid, considere, por un tiempo, que esa falta de formación similar a otros músicos con los que trabajaba, llamémosle estándar, era un lastre. Actualmente considero que esa creatividad, por necesidad en esa época, es la semilla de lo que llama la atención a algunas personas en mi forma de interpretar música hoy día.

Giraste con Bustamante en la etapa más mediática o al menos más novedosa de OT ¿Qué recuerdas de aquello?
Antes de contestar, permíteme que haga una pequeña rectificación. En la época en que gire con David y fui su director musical, si fue su época más mediática pero no la de OT. En esa época, ya se les denominaba como “ex-triunfitos», imagino que algún lector recordara. Como dices, y en mi opinión, fue la época más mediática de David y creo que en la que mejor se encontraba. Kike Santander supo, como en muchas otras ocasiones, hacerle un álbum a medida y se notó en éxito de ventas y como artista. Mi recuerdo es muy bueno. Fue una gran oportunidad, que me confirmó en el panorama nacional como músico “a tener en cuenta”. Era muy joven, lo cual hizo que aprendise mucho y rápido, no sin falta de sufrimiento (risas). Siempre le estaré agradecido a David. Aprendí no solo musicalmente, tocando siempre con los mejores músicos nacionales, si no también del “music business”. Viví en todos esos años y de forma condensada e intensa la mayoría de aciertos y fracasos que se pueden dar en este ámbito. Siempre he considerado mi trabajo con él mi “universidad’ en el music business. Sin todo ese proceso nunca tendría todos los éxitos profesionales que me están ocurriendo y los que llegarán. ¡Gracias David!
¿Cómo fue tu primer contacto con la ciudad de Los Ángeles a nivel musical?
Mi primer contacto con Los Ángeles fue en el año 2006. Fue la primera vez que lo visite, por invitación de Mayte Leturiaga (CEO de Letusa). Fue en Enero, en el NAMM show. Puedes imaginar, la primera vez y estar inmerso en un evento como ese. Fue muy motivador. La gran mayoría de mis “héroes musicales” han tenido su origen en LA. Eso me hizo tener gran curiosidad por este sitio y no solo su música, si no la vida aquí, la mezcla de culturas, los lugares, la historia de la industria cinematográfica, etc. A partir de ese momento, visité Los Ángeles, cada año siguiente, asistiendo a NAMM y permaneciendo, usualmente, un mes más. Lo considere mi periodo de vacaciones entre tours acompañando artistas en España. Aprendí mucho, me motivo más aún y siempre lo consideré como posibilidad en un futuro próximo. En ese tiempo tuve experiencias musicales esporádicas aquí. Tal y como es L.A., cada experiencia musical puede ser muy diferente. En ocasiones, ¡radicalmente opuestas! Hay de todo, y mucho. Posteriormente decidí trasladarme aquí, al menos por unos años. Y aquí sigo.

Ya llevas años instalado allí de forma continuada… ¿Cómo se consigue entrar en ese circuito freelancer tan lleno de buenos músicos? ¿Es algo que va más allá de las habilidades como guitarrista o productor?
No diría que estoy en el circuito de freelancer, aún. Requiere mucho tiempo poder considerarse establecido en él. De hecho el circuito freelancer hoy día es bastante diferente a lo que yo observé cuando visite LA en la época 2006 – 2010. Noté un cambio en la dirección de esos músicos que siempre he admirado y permanecí atento a ello.

Evidentemente, debido a las redes sociales, todo lo que implica (lo que llaman aquí) “networking” está más presente que nunca. Y se le da, en general, una importancia equivalente al cultivar el ser buen músico. Yo siempre he creído en hacer un buen trabajo, el mejor que puedas en cada momento, en cada pequeño peldaño que tu vida musical te propone y con mucha paciencia, el tiempo te regala grandes experiencias. Nada, que merezca la pena, es rápido en el mundo musical, creo. Sigo pensando lo mismo que pensaba en España y lo aplico aquí de la misma forma. Hablo con muchos compañeros a los que admiro como músicos y coinciden en ello. Si te respondo de forma más directa, diría que observando lo que hacen los músicos de los que te quieres rodear, a los que admiras, por lo que hacen, reflexionando el porqué de que lo hacen y analizando el resultado que obtienen a la vez que descubriendo si es el mismo camino que crees correcto para ti. Eso sí, hay que trabajar, y duro, a diario. Constantemente. Aquí toda va más rápido que iba en España. Al menos, esa es mi experiencia.

Tocar, arreglar, componer, producir… ¿Cuál es tu tarea favorita?
No podría decidir. Lo que realmente me atrae de esta profesión es hacer esas 4 acciones que mencionas, a la vez y a tiempo real. Todo se basa en la capacidad de escuchar lo que está pasando a tu alrededor. Filtrarlo, procesarlo y responder. Eso hace única esta actividad, cada vez que te subes a un escenario o entras a un estudio. En mi caso, esa es la fuente de motivación. Siempre toco la guitarra intentado combinar lo que Pablo, como guitarrista haría y lo que Pablo, como audiofilo, quisiera escuchar. Es difícil, pero ese es mi objetivo. Disfrutar como interprete y receptor a partes iguales. No es fácil, pero ese intento mantiene la llama viva.

 

¿En qué estás trabajando en estos momentos? ¿Cómo es un día de trabajo para ti?
En estos momentos, divido mi vida en dos facetas, de forma muy consciente. La de músico profesional y la de estudiante. Me levanto muy temprano para ir a la universidad. Vuelvo a casa a mediodía, usualmente y desarrollo todo lo que el Pablo músico profesional necesita hacer. Dedico mucho tiempo también (todo el que puedo) a estudiar guitarra y practicar. Pero no solo hago esto. Justo en estas semanas he estado estudiando y comentando posibles contratos discográficos (ofrecidos) con un artista con el que colaboro. No es una actividad muy “musical”, pero uno no es consciente de lo que puede ayudar aprender sobre esos temas. Hace que profesionalmente, como músico, puedas entender mejor que es lo que se te pide y en qué condiciones, a la vez que mirar a los ojos a la otra persona que participa del contrato y hacerle saber tu opinión o modificaciones. Ambos entendiendo perfectamente de lo que se habla.

Tuve la suerte de estudiar Music Business, por unos meses, aquí en LA., con un profesor que ha sido A&R tanto en Europa como en USA y no puedo más que agradecerle haber compartido tantos conocimientos basados en su experiencia. Cualquier información sobre las actividades que rodean el negocio de la música va a ser muy positivo para tu actividad como profesional. En muchas ocasiones, nos olvidamos de esto por nuestro amor a la música como arte. ¡Sirva este comentario como mi pequeña aportación a la causa! Para terminar el día, siempre (que puedo) voy a la playa a andar una hora aproximadamente. Me sirve para meditar y pensar en el día siguiente. ¡Lo recomiendo!

Al menos en España el trabajo para un freelancer está difícil, pocas producciones, presupuestos casi ridículos…  ¿La crisis de la industria está igual de manifiesta en LA?
Yo creo, por lo que observo, que es general en todo el mundo, si hablamos de la música como “actividad de placer para la gente”. Se ha producido una devaluación de lo que la música significa en la vida de los habitantes de este planeta. No hay duda sobre eso. Evidentemente, si hablamos del negocio de la música, desde el punto de vista del profesional, no creo que haya crisis. Creo que, directamente, ha desaparecido la posibilidad de negocio en algunos apartados y en los que existe aún, no según los parámetros que hubo antes.

Por otro lado, tengo amigos, a los que tengo gran admiración como músicos, que no solo tienen un volumen de negocio constante, sino disfrutan de una mayor prosperidad a lo largo del tiempo. Siempre que surge este debate aparece esta reflexión en mi mente (por otro lado, muy propia de LA por el “problema” del tráfico diario): si hemos creado las autopistas para que los habitantes se desplacen mas rápido y todo el mundo las usa, al mismo tiempo, colapsándolas. ¿No será que existe aún esos pequeños atajos, que nadie usa, que poca gente recuerda y que son más tortuosos, pero que te pueden hacer llegar antes, al mismo lugar, que cualquier usuario que está usando esa autopista?. Dicho esto, LA es muy grande y hay muchas oportunidades, y muy variadas. Tan solo hay que descubrirlas.

 

Sé que eres fan de Tyler pero ¿Qué guitarra te llevarías a una sesión Tyler´s al margen?
Si, efectivamente, soy fan de James Tyler Guitars. En especial, una de las que poseo, modelo Classic Dann Huff, pero en acabado Arctic Mint Shmear, a diferencia del habitual acabado Black, que me ha acompañado durante los ultimos diez años y que es mi guitarra más apreciada, sin duda. Esa guitarra siempre recibe halagos allá donde va. ¡Siempre suena bien! En cualquier situación. Además, el trato que siempre he tenido por parte de Jim y sus hijas, Sarah y Jessica, ha sido exquisito.

Visito la fábrica cada ciertos meses para que Jim ajuste las dos Tylers que uso habitualmente. A la que cité primero, Jim la llama “The Money Maker”. ¡Buen tipo! Volviendo a tu pregunta, sin duda añadiría una guitarra que no hace tanto tiempo que tengo pero que ocupa un lugar especial. Se trata de mi Barajas Custom Guitar superstrat en acabado azul. El cuerpo es de caoba, con un flame top y lo más importante, pastillas EMG. Rafa y yo hemos sido amigos desde hace muchos años y era lógico tener una guitarra suya. Le pedí que me construyese una guitarra diferente a la Tyler en cuanto a maderas, pero físicamente similar para que no notase diferencia cuando usase una u otra. Le “obligué” a copiar exactamente el mástil de la Tyler e instalar EMGs (no le hizo mucha gracia inicialmente). En lo demás, él puso toda su magia, que no es poca. Siempre, aun con el paso del tiempo, he estado obsesionado con el sonido que Steve Lukather tuvo durante los años ‘88 – ‘92. En esa época usaba su Valley Arts Robot, cuyo cuerpo es de caoba y como humbucker en puente tiene un EMG 58. Da igual los estilos que escuche, los diferentes guitarristas o equipos. Siempre que oigo ese sonido, de nuevo, me viene a la mente: “Gran sonido de guitarra”. Con esa guitarra, fui persiguiendo ese sonido. Por otro lado, usaría mi K-Line Telecaster ‘62 Replica. Esa guitarra es especial, y ¡no solo lo digo solo yo! Hubo un par de años en que traté de encontrar las mejores replicas a instrumentos vintage que hubiese en el mercado.

Por razones obvias, no podía/puedo acceder a instrumentos vintage reales. En mi búsqueda, encontré esta guitarra, curiosamente a un precio más que sorprendente, porque al anterior dueño no le gustaba, en absoluto. Mi concepto “idílico” de una Telecaster está totalmente basado en el sonido de Robben Ford y su Blonde 60s Telecaster. Especialmente su sonido en el DVD “New Morning – The Paris Concert” (‘05). Sorprendentemente, cuando abrí el hardcase y la probé, todo ese sonido que buscaba, estaba ahí. Además, en un color que me encanta, Lake Placid Blue. ¡No podía pedir más! Para terminar y no por ello de menos importancia, usaría una guitarra que mi amigo Lawrence Bernd me envió hace unos meses. Se trata de una superstrat, no diferente en concepto a la Tyler Classic de la que hablamos anteriormente pero con una diferencia en el mástil. Lawrence ha desarrollado un sistema para instalar los trastes que proporciona a la guitarra un mayor sustain. Te aseguro que funciona y en mi caso, siendo un amante del legato playing, te hace tocar más suave para obtener el mismo resultado con la consiguiente diferencia en los overtones. ¡Es magnífico! Es una guitarra que estoy usando/usaré en próximos proyectos de fusion-jazz eléctrico. También me permitió pasar un par de mañanas con Tom Anderson (amigo cercano de Lawrence) en Newbury Park (CA) puliendo algunos aspectos de la electrónica de la guitarra y compartiendo opiniones. Buenos momentos y ¡magnifica persona!

 

Corre la leyenda urbana (yo se lo pregunté y no me contestó) que Brent Mason llevaba un camión con amplis y equipo a las sesiones…  John Parsons ironizaba que lo ideal era una guitarra y un buen cable únicamente, que el productor se ocupaba del resto ¿Qué es lo necesario para ti?
Imagino que esa leyenda sería de la época en que el “cartage” (empresas que se dedicaban al transporte de equipo para las sesiones) existía. Ese tiempo ya ha pasado. ¡No existen hoy día! (Risas). En el mundo musical que vivimos, creo, hay una gran cantidad de productores y de muy variadas preferencias. Puedes encontrarte productores que quieren que lleves gran cantidad de equipo, lo consideran el seguro de que contratan a un gran músico, aunque no se vaya a usar en la sesión. Otros, por el contrario quieren rapidez y efectividad, que le des todo hecho, con los efectos, el panning, los layers, etc … Unos no confían apenas en la creatividad del músico que contratan y otros dejan en manos del guitarrista todo el criterio. Hoy día, con la única posibilidad de llevar el equipo en tu propio vehículo, se hace necesario ser práctico y solo llevar el equipo necesario para esa sesión. Lo mejor, creo, es siempre preguntar al productor que es lo que tiene en mente para ese disco o canción o por lo menos tener una idea del estilo o producciones que le gustan. En mi opinión, cuantos más medios (estudio con más posibilidades, sin problema de tiempo, demos con gran claridad de concepto) más puede aportar el llevar distintos instrumentos. Si la producción es humilde, me centraría en las ideas y no en el equipo. Un buen guitarrista de sesión, puede obtener muchos sonidos de un equipo sencillo. Por cierto, ya que mencionas a John Parson, aunque en este apartado que mencionas no esté de acuerdo con él, no disminuye en nada mi amor por su forma de tocar. El disco “A Contraluz” (‘91) de Luz Casal lo considero uno de los mejores discos de pop que se han hecho en España. Con interpretaciones estelares tanto de John como de Toni Carmona y de Robbie Mcintosh. ¡Gracias John por tan buenos tracks!

¿Qué trabajo de entre los que has hecho te hace sentir más satisfecho?
Siempre es difícil elegir. Posiblemente, uno de los proyectos en que he estado involucrado durante la última parte de este 2018. El nuevo disco de Robert Tepper, en el que he tenido la oportunidad de ser co-compositor, co-arreglista y co-productor. Más que por la repercusión de trabajar con un artista de la consideración de Robert (compositor de algunos hits como “No Easy Way Out” en la banda sonora de Rocky IV o “Into The Night”), el hecho de poder plasmar mis ideas sin ningún tipo de filtro y en todos los ámbitos, no solo en el apartado de guitarras sino en el de la composición en general. Robert ha sido muy generoso y he aprendido muchísimo de su visión en la composición. Además, ¡lo hemos pasado muy bien! Para los dos ha sido una vuelta a un estilo musical que habíamos abandonado por unos años. Eso siempre produce una chispa especial.

De la misma forma, he hecho sesiones para uno de los músicos latinos que más he admirado siempre: Francisco Loyo (MD de Luis Miguel por muchos años). Ya había tocado en directo con él, y con una relación personal entrañable, pero nunca había participado en estudio en algunos de sus proyectos. Los comentarios que hizo durante la sesión me hizo sentir muy satisfecho por el camino recorrido hasta ese momento. Hubo una conexión especial entre lo que yo intentaba aportar y lo que el percibía como tal. Por otro lado, hay un álbum que grabe en mi primer año, creo, estando aquí en USA. Se trata de una artista cristiana llamada Gabriela Cartulano. Su esposo, amigo mío y productor del álbum: Euro Zambrano, me llamó para crear las ideas y estructura de arreglo para los distintos temas. Lo hicimos durante unas semanas en su casa de Glendale. Yo sentado en un sofá, con mi guitarra-pedalera y el enfrente de su ordenador portátil manejando el DAW. Compartimos buenos y excitantes momentos compartiendo y discutiendo todas esas ideas. A la vez, grabé las guitarras del disco para posteriormente grabar todo lo demás sobre esas demos. La gran sorpresa fue que a final de año, ese álbum fue nominado al Grammy Latino como mejor álbum cristiano, compitiendo con artistas de grandes compañías discográficas. Posiblemente, ese álbum fue el que más “humildes” medios se usaron de entre todos los que participe en ese año.

La nominación de ese álbum, aparte de las implicaciones profesionales evidentes, me enseñó algo importante: Si te dejas llevar por tu intuición y crees en tus ideas, con respeto hacia las de los demás, puedes llegar a sitios que ni tú imaginabas. ¡Una gran leccion! También, el DVD que hicimos con David Bustamente (Al Filo de la Irrealidad En Vivo – Universal Music Group, 2008) Un reflejo de esa gira, un gran recuerdo y ¡no suena mal! El solo que hice para esa gira siempre ha tenido buenas críticas de compañeros y público. Es motivo de alegría. También me siento satisfecho del trabajo que hice junto a mi amigo y productor Juan Sueiro creando todo el underscoring , en tan solo unos días, para la película “Solo Quimica” (‘15). Me abrió la puerta de un camino fascinante que he seguido estudiando desde entonces. En general, cualquier trabajo que he realizado me ha hecho aprender, y eso, mirando atrás, me hace estar satisfecho de cada uno de ellos.

¿Cómo te ves profesionalmente en los próximos años? ¿Te ves más encaminado hacia la producción o la guitarra manda mucho?Me veo disfrutando, con tranquilidad, de todas las oportunidades musicales que se me presenten. Ampliando el abanico de posibilidades profesionales y mejorando en mis cualidades como guitarrista, productor y compositor. También, inmerso en el mundo de la composición desde un punto de vista más académico (me fascina ese estudio). En cualquiera caso, la guitarra sigue siendo el centro de todo para mí. Amo la guitarra como instrumento. ¡Qué no te sorprenda que eventualmente estudie luthería y construya mis guitarras, como afición, en un futuro!

Muchísimas gracias, Lopi, por la entrevista y aprovecho para enviar un cordial saludo a todos los lectores hispano hablantes de Cutaway Magazine y especialmente a los habitante de una maravillosa tierra, España. ¡Mis mejores deseos para todos!

 

José Manuel López

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