Revista de Guitarras

Construcción de una guitarra IV. La pintura

Hola de nuevo, bienvenidos un mes más a esta sección en la que es­toy tratando de explicaros el proceso de construcción de una guitarra, cuantas más cosas sepamos sobre el funcionamiento de las diferentes partes y procesos en los que se basa la construcción, más sencillo será solucionar cualquier problema con el que nos podamos encontrar.

En esta ocasión nos vamos a centrar en la pintura, en mi opinión es una de las operaciones más complicadas de todo el proceso de fabricación, hay demasiados factores que intervienen y un mal control de ellos puede desembocar en fracaso, lo único que os puedo aconsejar es que practiquéis antes de intentarlo sobre el instrumento que tanto tiempo nos ha costado construir. Tam­bién hay que tener en cuenta que la pintura aparte de una función estética también tiene la misión de proteger la madera contra la hu­medad, golpes, suciedad…

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Por último quisiera recordaros que las pin­turas que se utilizan son súper tóxicas, es importantísimo una buena mascarilla, no es­catiméis en gastos, vuestros pulmones os lo agradecerán.

En primer lugar y antes de aplicar la pin­tura tenemos que lijar toda la superficie. En esta parte hay que armarse de paciencia, ser muy cuidadosos y eliminar todas las marcas de lija que puedan quedar, al ir en un acaba­do transparente, todas las rayas que queden serán visibles y una vez aplicado el acabado ya no habrá vuelta atrás, bueno si, decapar y volver a empezar, pero si podemos omitir este paso, mejor.

Tampoco es aconsejable lijar con un papel demasiado fino ya que la pintura podría perder adherencia, con un grano de 220 es suficiente para empezar a pintar.

En maderas más porosas, tipo caoba, fres­no, korina etc. es recomendable aplicar un sellador de poro (grain filler), que nos ayu­dará a conseguir un acabado mucho más liso dando menos manos de pintura. También es aconsejable no cargar con mucha pintura una guitarra, la madera vibrará con mayor natu­ralidad conservando así propiedades sonoras y sustain.

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Una vez terminada la preparación vamos a elegir la pintura que vamos a utilizar, yo per­sonalmente suelo trabajar con dos tipos, po­liuretano y nitrocelulosa, cada una tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Poliuretano

El poliuretano es un acabado reactivo, está formado por dos componentes: una resina y un catalizador, endurece por una reacción quími­ca que se produce al añadir el catalizador en la proporción indicada por el fabricante.

Ventajas

– Muy resistente (se utiliza en automoción).

– Súper brillante.

– Amarillea menos que la nitro

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Inconvenientes

– Cuesta más de aplicar (hay que lijar más entre las diferentes manos)

– Si se aplica con mucho calor o se da una mano demasiado cargada, puede hervir, salen burbujas.

– Es muy rígido y al no evaporarse tanto como la nitro, queda más cantidad haciendo las capas más gruesas y deja vibrar menos la madera (pero si se aplica bien se puede conseguir dejar capas finas)

Nitrocelulosa

La nitrocelulosa es un acabado evaporati­vo, se disuelve con el disolvente apropiado. Al contacto con el aire, el disolvente se evapora y la resina vuelve a su estado sólido natural, sin embargo al volver a añadirle disolvente se vuel­ve a hacer blanda, este es el motivo por el que nunca debemos limpiar una Gibson con ningún producto que contenga alcohol o disolventes.

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Ventajas

– Fácil de usar.

– Fácil de reparar (con un poco de nitro podemos disolver la que tiene alrededor y fusionarla para reparar un golpe).

– Seca rápido.

– Fácil de pulir.

Inconvenientes

– Al aplicar es bastante perjudicial, tanto para el medio ambiente como para el pintor.

– Suele ser poco deslizante (la mano se pega al mástil).

– No es suficientemente resistente para soportar el paso de los años (aunque por otra parte quien quiere tener una guitarra con 30 años totalmente nueva, si quieres un acabado relic deberías elegirla).

En esta guitarra queremos dejarle un bin­ding natural. Para hacer esto tendremos que tapar el canto de la tapa de arce para no pin­tarlo. Una vez oculto con cinta de carrocero, aplicaremos el tinte que hemos hecho mez­clando rojo, amarillo y marrón. Tintaremos la parte superior de la tapa, con mucho cuidado de no ensuciar el borde ya que luego resulta muy complicado de limpiar. La dejaremos se­car entre 5 y 10 minutos, una vez seca se lija el color, al hacer esto unas vetas se quedan claras y otras más oscuras. Al volver a aplicar­le tinte, las vetas oscuras se oscurecen más todavía contrastando con las vetas claras y consiguiendo que el dibujo de la tapa resalte mucho más. Finalmente con una cuchilla ras­caremos la parte superior del borde para dibu­jar el binding natural.

Una vez hemos finalizado con el tinte, por fin ha llegado el momento de empezar a pintar con pistola. Las primeras manos que vamos a aplicar tienen como objetivo sellar el poro, para ello utilizaremos un producto que se co­noce como fondo o tapa-poros. La particulari­dad de este producto es que cubre más que el acabado y se lija muy fácilmente. Aplicaremos una mano -no demasiado cargada ya que po­dría hervir y formar burbujas- y la dejaremos secar entre 45 -60 minutos antes de aplicarle otra. Con 3 ó 4 manos por día es suficiente, después la dejaremos secar toda la noche.

Al día siguiente lijamos toda la guitarra con mucho cuidado de no llegar hasta la madera, si una vez lijado todavía se marca el poro, volve­remos a aplicar fondo en la misma proporción que el día anterior y así hasta que lijemos y ya no quede nada de poro, normalmente entre seis a ocho capas suele ser suficiente.

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Ahora que ya tenemos el instrumento per­fectamente liso, volvemos a tapar el lateral, esta vez para aplicar el sombreado (sunburst). Para esta operación cerraremos bastante, tanto el aire como el abanico de la pistola, ro­deando la silueta de la guitarra conseguiremos hacer el efecto difuminado. Una vez que está terminado, volveremos a rascar con una cuchi­lla el binding.

Ahora toca pintar la parte de atrás, sin en­suciar ni el binding ni la tapa, para ello tapa­remos tanto la tapa como el binding con ca­tálogos de Carrefour, que aparte de evitar que ensuciemos lo que no queremos, nos servirá para ver a cuanto va el kilo de mortadela de popeye 🙂

Ahora la parte de atrás, para no ensuciar el hueco de la electrónica, taparemos con un poco de cinta de carrocero. En esta ocasión la voy a pintar de rojo, la precaución que hay que observar con los colores transparentes es no insistir mucho en una zona, si no luego queda­ran claros o áreas más oscuras muy difíciles de disimular. Una vez hemos terminado con el color rojo ya podemos destapar el binding y la parte frontal. Aplicamos un par de manos de fondo y para el próximo día ya podremos em­pezar a aplicar el acabado final, con 3 manos de acabado suele ser suficiente y ahora es el momento de dejarla endurecer entre dos se­manas y un mes.

El proceso para pintar el mástil es muy si­milar, se tapa el diapasón con cinta, se tinta el arce (yo en esta ocasión no lo he tintado porque era arce roasted) se aplican entre 3 y 6 manos de fondo (el arce tiene menos poro que la caoba y es mas fácil de tapar) y cuando acabemos con el poro se le aplica el acabado y lo dejamos secar.

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Cuando haya transcurrido el tiempo de se­cado, con una lija de agua de 1200 lijaremos toda la superficie, para quitar cualquier im­perfección que pueda haber cogido durante el proceso de pintura: polvo, pelos, mosqui­tos etc. Una vez que la superficie está toda matizada, con lija de 2000 se le da otra pa­sada para eliminar las rallas que puedan ha­bernos quedado con la lija de 1200. Una vez esté todo bien lijado, con una pulidora con discos de mopa le sacamos brillo y por fin tendremos nuestra guitarra terminada y lista para el montaje, pero eso será para el próxi­mo numero en el que por fin terminaremos la guitarra, Saludos a todos.

David Rossi

 

 

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