Revista de Guitarras

Fender G-DEC


El amplificador Fender G-DEC es el compañero ideal del guitarrista, amplificador con caja de ritmos (editables) y multiefectos. Nunca se había visto nada semejante. La siglas G-DEC (Guitar Digital Entertainment Center) son acertadas. Ya son tres los amplificadores que la legendaria marca americana tiene en esta gama: el que nos ocupa, el G-DEC Exec (con caja acabada en sunburst) y el G-DEC 30, con el doble de potencia y algunas prestaciones extra.

Descubrimos en las web de la marca toda una sección dedicada a descargas, con presets exclusivos a cargo del fantástico guitarrista norteamericano Greg Koch, además de una guía para conectar el ampli a un sintetizador MIDI y una actualización. Con ello tendremos nuestro ampli siempre a la última. Las posibilidades que se abren con este sistema son exponenciales. Señores, bienvenidos al futuro.

Primeras impresiones

Nada más abordar el producto, nos encontramos ante unos acabados de primera, un look tan demoledor como futurista y muchas ganas de sacarle todo el jugo. Sin siquiera abrir el manual, presionamos “play” a ver qué pasa… ¡Pues que empieza el show! De repente, cuatro toques de baqueta y el ritmo empieza a sonar, un bajista y un batería tocan para ti, y el nombre impreso en la pequeña pantalla LCD del ampli te auguran un buen rato “Rockin’ G”. Enseguida te das cuenta. Esto te va a enganchar.
¿Y qué será esa rueda en el panel frontal? Tal vez sirva para cambiar de presets… ¡Bingo! Sigues girando la rueda y la euforia ya es total, pasas del rock al blues pasando por el country, el jazz y el heavy metal en un abrir y cerrar de ojos.
G dec2
Investigando y creando
Tras recorrer todo el abanico de presets que nos ofrece el G-DEC, abrimos el manual. Vaya, qué pocas páginas…¿Tan fácil será manejarlo? Pues sí, el manejo es muy intuitivo, la rueda sube y baja el valor seleccionado y enseguida te haces con ella. Enseguida cambias de ampli, de tono, de tempo, de efecto…Y todo totalmente editable, de un modo sencillo.
Nada más fácil que crear y almacenar tus presets : primero seleccionamos el patrón rítmico, luego el tempo, el tono (todo esto desde la tecla DRUMS), y pasamos a lo bueno, seleccionando el tipo de amplificador (escoge entre Tweed, British, Blackface, Modern, Acoustic y Dynatouch con la tecla AMP) y el nivel de ganancia. No contento con ello, aún puedes matizar más tu sonido accediendo al arsenal de efectos Fender DSP disponibles desde el menú de FX. Finalmente almacena tu creación en un de los 48 slots destinados a usuario que tienes a tu disposición y renómbralo.
Una vez cogido el truco empezamos a editar presets avanzados, navegando una y otra vez por todas las opciones hasta conseguir ese sonido que ibamos buscando. Personalmente, disfruto mucho explorando las posibilidades de cada preset, descubrir cómo se han manejado las variables para conseguir tal sonido.

Prestaciones
Este pequeño amplificador casero nos ofrece muchas posibilidades para que la diversión esté garantizada :
Simulación de todo tipo de amplificación clásica con ganancia editable
Un arsenal de efectos digitales de gran calidad
48 presets de usuario y 48 de fábrica
2 tomas de entrada para instrumento
1 toma para CD
1 toma MIDI
1 toma de auriculares
1 toma auxiliar IN
Patrones rítmicos editables : tono, tempo, volúmenes de cada instrumento, etc.
29 combinaciones de efectos con parámetros editables
Phrase trainer mode, una ayuda para escuchar a media velocidad fragmentos grabados desde el CD ó la guitarra, y tocar por encima
Afinador integrado
Posibilidad de actualizar el firmware y descargar presets desde la web de Fender.

Presets
Los 48 presets de fábrica no pueden modificarse y vienen duplicados por defecto en los 48 bancos disponibles para el usuario. Todos los estilos vienen contemplados. Desde el metal extremo hasta el latin jazz, ofreciendo al usuario la posibilidad de ponerse a prueba en todos los terrenos musicales. Muchos presets se basan en sonoridades muy conocidas, como sus nombres así lo atestiguan. Por ejemplo Aerospace” recrea el riff de “Walk This Way” de Aerosmith, “Smoke” nos hace sentirnos un poco blackmorianos, “Aussie Born” y “Voltage” nos ponen en la piel de Angus Young, “Hammer O’ Gods” en la de Jimmy Page, y así sucesivamente. Los nombres están muy bien escogidos y nos definen bien el estilo que representan. La única pega es que no pueden editarse las secuencias de acordes en los presets, aunque ¿quien se resiste a tocar un clásico blues de 12 compases varias horas al día? Esa funcionalidad está reservada al G-DEC 30, el hermano mayor de esta gama de Fender.
G dec1
Efectos
6 tipos de delay, 2 de chorus, 2 flangers, phaser, trémolo, pitch shifter, touch wah, fixed wha, vibratone, autoswell, alienator, resolver, fuzz, overdrive… Todo está a tu alcance, y no hay sonoridad que no pueda conseguirse. Aunque al carecer de pedal de expresión, ciertos matices no pueden aplicarse.
Punto y aparte merece el efecto llamado “Touch Wha”. Un autowha maravilloso que reacciona según la fuerza aplicada con la púa, con una efectividad que no he sido capaz de encontrar en ningún pedal. ¡Sencillamente divertidísimo!
Puede que la calidad de los efectos no sea la mejor del mundo, pero se merece al menos un ocho sobre diez, y eso ya es mucho. Yo no encuentro inconveniente en usarlo en estudio. Muchos de sus sonidos resultan deliciosos, se nota que los expertos de Fender se han puesto las pilas para emular los sonidos más populares y sorprendentes.
También disponemos de 11 tipos de reverb, que pueden solaparse con los efectos arriba mencionados. A diferencia de otros dispositivos multiefectos, el G-DEC respeta la señal de origen del instrumento, dejándonos discernir con facilidad si estamos tocando una Stratocaster o una Les Paul, por ejemplo.

Conclusión
Una herramienta de diversión pero también de trabajo. Ideal para practicar escalas, modos, y en todos los estilos. Sus 15 W de potencia nos asombran haciendo temblar las ventanas a media potencia. Su bandolera de transporte y sus escasos 7 kilos de peso nos lo ponen más fácil a la hora de llevarlo a cualquier parte. Las horas de práctica en casa son más divertidas que nunca.

Bruno Camadini

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