Revista de Guitarras

Guild D-55 Tradicional Series

Desde la factoría de New Hartford, Guild Guitars está fabricando algunas de las guitarras acústicas más interesantes que podemos encontrar en el mercado. La filosofía de respeto a la tradición y al legado que la marca se impone, junto a un proceso de elaboración muy cuidadoso y con un estricto control del mismo, termina ofreciendo guitarras como la Guild D-55 que nos ocupa.

Guild como compañía de guitarras tiene su origen en 1952 en Nueva York, aprovechando el espacio deja­do por Epiphone que se muda a Philadelphia por problemas con los sindicatos, bastante beligerantes en la época y contando con par­te de su personal técnico que se queda en Nueva York, comienzan la andadura. En aquel momento aún no tenían ni instalaciones para fabricar por lo que hasta seis meses después no se encuentran ya en condiciones de fabri­car guitarras. Debido a los contactos de uno de sus directivos con la escena de estudio en Nueva York, empiezan a trabajar con grandes guitarristas de jazz como Johnny Smith, Billy Bauer, Al Valenti o Barry Galbraith. Este es el comienzo de Guild Guitars como marca. Pasa­rá el tiempo e irán diversificando el negocio atendiendo diferentes líneas, siendo la de gui­tarras acústicas una de las más destacadas.

La D-55 que vamos a visitar tiene su origen en 1968 y entonces sólo se podía conseguir a través de encargo, el éxito de ventas que tuvo fue definitivo para que se incluyera como un modelo standard de catálogo en 1974. Un gran ejecutante como John Renbourn de Pentangle era usuario de la misma por aquellos años.

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Construcción, pala, mástil

La primera impresión que te causa la gui­tarra manifiesta lo serio que se están to­mando los chicos de New Hartford el reto de mantener y elevar el prestigio de Guild. La guitarra viene en un estuche robusto y ele­gante de fabricación canadiense, los acaba­dos son impecables y la mezcla del sunburst de tres colores con los herrajes dorados le da un aspecto muy atractivo. La pala es de un tamaño considerable, negra de ébano, con el logo y el nombre de la marca en madreperla y un ribete blanco que acompaña al períme­tro del diapasón. Vemos también la plaquita que protege el acceso al alma, de doble ac­ción en esta D-55. Las clavijas de afinación son unas Gotoh 700 Series bañadas en oro y abiertas, mantienen perfectamente la afina­ción del instrumento. La cejuela de 43 mm es de hueso. El mástil consta de tres piezas dos laterales de caoba y una central finita de nogal, el perfil es en “D” y está acabado en gloss, resulta suave y cómodo, la mano dis­fruta desplazándose por él.

El diapasón de esta Guild es de ébano y los marcadores de posición son bloques de ma­dreperla natural y abalón, su radio es de 12”. Sobre él se hallan 20 trastes medium.

Cuerpo

La unión del mástil con el cuerpo es muy precisa y deja a la guitarra con una acción muy cómoda. El cuerpo es de forma dreadnought, los aros laterales y el fondo son de palorrosa y la tapa sólida de abeto, una combinación clási­ca. Las uniones tanto de la tapa como del fondo con los aros vienen con un binding de tres pie­zas y el eje de la trasera, al igual que la roseta de la tapa, viene con una ornamentación aus­tera y elegante.

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La tapa tiene un acabado sunburst de tres tonos Antique Burst y está lacada a la nitroce­lulosa, con ese aroma que desprende que tan­to nos gusta y que asociamos a las guitarras con espíritu. El pickguard es “Tortoise Shell”. Toda la arquitectura interna de la guitarra, su bracing, es scalloped de abeto rojo y como es habitual en Guild están las piezas pulidas. El puente es de ébano y los pines para sujetar las cuerdas son de hueso.

Sonido y conclusiones

Como hemos ido pudiendo observar, todos los elementos que componen esta guitarra al igual que sus acabados están perfecta­mente cuidados y componen un instrumento de primer nivel. Como consecuencia de ello nos encontramos con que nos entrega unas sonoridades muy especiales. La combinación del palorrosa con el abeto y la forma del cuer­po proyectan una buena cantidad de sonido, responde al ataque con mucho equilibrio y un buen balance de frecuencias, que no se pierden ya toquemos con fuerza o suave, se encuentran presentes. Aunque la guitarra es eficaz en todas las técnicas interpretativas es haciendo strumming cuando entrega una riqueza en cada golpe sorprendente, unos graves presentes que no enmascaran el resto de frecuencias, unos bonitos y justos armóni­cos enriquecen un sonido rico y complejo que resulta altamente inspirador, incluso cuando le atacamos con fuerza no chirría en ningún momento ni suena metálica. Si pensamos que se trata de una guitarra nueva y que es seguro que “crecerá” en sonido cuando se la toque durante un tiempo, lo único malo de ella será tener que devolverla.

José Manuel López

Guild

D-55 Traditional Series

Fondo y aros de palorrosa

Abeto maciza

Caoba/Walnut/Caoba. Perfil “D”

Ébano

Hueso

Medium

Ébano y pines de hueso

Dorado

Gotoh 700 Series Gold-Plated Open-Back Tuners

Tortoise

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