Revista de Guitarras

Zemaitis GZMF-300 Metal Front

Antanus Casimere Zemaitis o “Tony”, nació en Londres en 1935. Ya de joven tuvo interés por el diseño y pasó por diferentes gabinetes donde aprendió distintas técnicas y habilidades para trabajar la madera, diseño, decoración etc. Ya en la década de los 50 se convirtió en guitarrista y como sucede tantas veces, no se encontraba satisfecho con los instrumentos que tenía a su disposición, así que tomando la guitarra de un amigo de referencia decidió fabricar la “primera guitarra Zemaitis”.

 

Sus primeras creaciones llamaron la atención de los integrantes de la escena blues y folk de la época y fueron tocadas por artistas como Davey Graham, Long John Baldry o Spencer Davis coincidiendo todos en el buen sonido y “tocabilidad” de los instrumentos.

Trabajando siempre para mejorar sus dise­ños, se encontró con una innovación, su fa­moso Zemaitis Metal Front. Originariamente ideado para reducir zumbidos, la primera gui­tarra con este diseño fue fabricada para Tony McPhee de los Groundhogs y no solo redujo los ruidos si no que la decoración de la tapa me­tálica -individual y artística para cada una de ellas- la convirtieron en una pieza de arte para la élite del rock. Posteriormente surgieron las Pearl Front con un mosaico de madreperla en la tapa, además de otros diseños más accesi­bles, pero siempre bajo la premisa de la cali­dad tonal y la facilidad para tocarlas.

En todo caso Tony, solo fabricaba pocas uni­dades al año que realizaba el mismo, usando materiales de calidad y técnicas tradicionales de luthier, como mástiles y cuerpos de tres piezas y construcción encolada para conseguir estabilidad, etc. Podríamos considerarlo el pa­dre del concepto de guitarra “de boutique”.

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Tras 40 años fabricando guitarras, Tony se jubiló en el 2000, falleciendo posteriormente en el 2002.

Greco, con el apoyo de Tony Zemaitis Jr. y la viuda de Zemaitis, Ana, pone el legado de Zemaitis al día y se prepara para iniciar una nueva andadura más adaptada a los tiempos que corren, contando para ello con todas las especificaciones de Tony y trabajando con Dan­ny O´Brien, el maestro grabador de Zemaitis, inicia una nueva etapa a la cual pertenece el modelo que vamos a analizar al estilo Cutaway, en concreto la Zemaitis GZMF-300 Metal Front.

Construcción, pala y mástil

Lo primero que hay que reseñar es el impre­sionante aspecto que tiene la guitarra como consecuencia de los acabados y todo el trabajo de ornamentación diseñado por O´Brien y que hemos visto en guitarras tocadas por Ronnie

Wood, Rich Robinson, George Harrison o Eric Clapton, entre muchos otros artistas. Todo cuidado hasta el mínimo detalle. Es de cons­trucción encolada en base a obtener un buen sustain y puede tener de referente la Gibson Les Paul en cuanto a concepto de base como instrumento.

El acabado tanto para el mástil como el cuer­po y la pala es “satin” de color negro y de laca nitrocelulosa, muy agradable al tacto. La pala es casi simétrica de tres clavijas a cada lado. En realidad la descripción del instrumento no le va a hacer justicia y desde luego va a ser mejor fijarse en las fotografías, pero diremos que tiene un rombo con el logo de la marca en la parte delantera atornillado -puesto que es plaquita metálica- todo con motivos de ador­no grabados en él, de la misma manera que la placa que protege el tornillo de acceso al alma. Los clavijeros cromados, son unos Schaller M6 y lleva una cejuela de hueso.

El mástil es de una pieza de caoba hondu­reña, con un perfil en “D” tipo Slim y sobre el se halla un diapasón de palorrosa, aunque en algunas especificaciones lo indican como de ébano, este modelo en concreto no, la ma­dera es de una veta muy igual, vistosa y en ella se hallan 22 trastes tipo medium jumbo y unos puntos de madreperla en los lugares habituales donde si ubican los marcadores de posición, además alrededor del inlay del traste doce, cuatro rombos adicionales lo destacan. La longitud de escala es de 25.5”.

Cuerpo y electrónica

El cuerpo es tipo Les Paul, es decir single-cut, con cutaway en la parte inferior. El cuerno del cutaway tiene un ligero rebaje en la madera para facilitar el acceso a los trastes más altos y es de caoba de una sola pieza. Aquí hay que destacar la tapa de duraluminio sólido atorni­llada en la parte delantera, donde se observa un grabado artístico con motivos florales di­señado por Danny O´Brien y que le da toda la impronta de las metal-front históricas de Ze­maitis, entre las dos pastilla se observa el logo de Greco. La tapa le da un look difícil de igualar y una onda totalmente rockera e impactante. La parte trasera también lleva dos plaquitas de duraluminio lisas para tapar los accesos a la electrónica de la guitarra. La entrada de jack es lateral.

La guitarra monta dos pastillas DiMarzio PAF DP103 para mástil y puente, controladas por un miniswitch en la parte superior del cuerpo, estilo Gibson, también se puede elegir Seymour Duncan de manera opcional. El resto de controles son cuatro potenciómetros metá­licos tipo “top hat”, con un puntito en rojo que indica la situación que marcan, dos para volu­men y dos para todo, lo clásico. El puente es un Zemaitis GZ-BR en duralumio sólido, con unas aspas en forma de rueda para regular la altura y el cordal, también en duraluminio sólido, es Zemaitis GZ-TP3.

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Sonido y conclusiones

Podemos concluir que estamos ante una guitarra muy especial, algo que viene deter­minado por el look imponente de la misma, para salir con ella en la foto vamos. Los aca­bados, la construcción y los componentes están cuidados hasta el mínimo detalle, no olvidemos que es la herencia del primer fa­bricante boutique de guitarras y eso se nota. Es ligera, no te va a matar la espalda como una Les Paul en un bolo de dos horas, col­gada se siente liviana, equilibrada y sin ca­beceos. Se toca muy cómoda, los potenció­metros tienen mucho recorrido, en concreto los de tono alcanzan una buena orquilla entre graves y agudos.

En cuanto a sonido las DiMarzio ofecen un sonido vintage humbucker de lo más acertado, un timbre dulce con un balance preciso entre lo efusivo y la claridad. La guitarra suena muy definida, como si se tratara de un instrumento con single.coil pero sin chillidos ni microfonías indeseadas, suave pero para nada fangosa, Se pone cañera solamente con un buen ataque de púa. Rotunda y roquera.

Si andas buscando un sonido onda rock se­tentero, clásico, con una imagen especial, atractiva y un gran sonido, deberías probar esta Zemaitis Metal Front, resulta inspiradora a más no poder. ¡Ah! No es una guitarra para el esca­parate, está pidiendo a gritos caña y escenario, afortunado será quien se la pueda dar.

José Manuel López

Zemaitis Guitars

GZMF300 MBK

Caoba de Honduras

Duraluminio sólido

Caoba de Honduras. Perfil “D”

Palorrosa

Hueso

Zemaitis GZ-BR de duraluminio sólido

Cromado

Schaller M6

DiMarzio PAF DP-103

2 x Volumen y 2 x Tono

Lateral

Negro satin en nitrocelulosa

Suprovox

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