BOSS RT-2 Rotary Ensamble
				Desde su fundación en 1973 como fabricante de pedales de efecto para guitarra y bajo siendo una división de la Roland Corporation y con el paso de los años, Boss se ha convertido en una referencia para el sector en cuanto a efectos se refiere.
Desde su primer pedal presentado en 1976, el CE-1 Chorus Ensamble que no era si no una unidad independiente del circuito chorus-vibrato del Roland JC-120 hasta la actualidad, han ido presentando todo tipo de stompboxes, pedaleras, cajas de ritmo, amplificadores etc.
Los efectos de modulación parecen ir y venir por temporadas, pero el sonido de altavoz rotatorio es otra historia. El llamado efecto Leslie es más antiguo que el propio rock, y tiene una belleza tan atemporal que su lugar en el panteón de los pedales de guitarra está claro.
En los últimos años, sin embargo, han cambiado dos cosas: por un lado, el avance del procesamiento digital ha hecho mucho más fácil recrear el sonido de un Leslie real; y por otro, los guitarristas piden pedales cada vez más pequeños para llenar sus pedalboards sin pasarse de espacio. Mezcla todo eso en el caldero, añade la marca más legendaria del mundo de los pedales, y lo que sale de ahí es el Boss RT-2 Rotary Ensemble.

Boss RT-2 Rotary Ensamble
Un poco de historia
Para entender este pedal hay que viajar a los años 30. El Leslie original fue creado para órganos, no para guitarras, y utilizaba altavoces y deflectores giratorios que generaban una modulación basada en el efecto Doppler. El resultado se convirtió en seña de identidad del sonido Hammond.
En los 60, algunos guitarristas se enamoraron del efecto; pero la tecnología analógica de los 80 no permitía miniaturizar esa complejidad tridimensional. Llegaron intentos notables como el Hughes & Kettner Tube Rotosphere o el Korg G4, grandes en tamaño y en ambición.
Más recientemente Neo Instruments puso el listón muy alto con sus Mini Vent y Micro Vent. Y ahí es donde Boss entra en juego: mantener la esencia Leslie, pero en un pedal compacto, robusto y directo.
Boss RT-2 Rotary Ensemble
No es el primer pedal rotatorio de Boss: antes estuvo el RT-20, más grande y hoy descatalogado, con dos pulsadores, siete potenciómetros y un selector de cuatro modos. ¿Qué queda de todo eso en este nuevo formato de un solo footswitch? Pues, sorprendentemente, casi todo lo importante.
Diseño, controles
El pedal viene en la típica carcasa robusta de BOSS, en el frontal los controles Level-Drive y Slow-Fast, más un switch para los tres modos seleccionables.
Cambiar entre las velocidades rápida y lenta —una parte esencial del efecto Leslie— se hace manteniendo pisado el interruptor de bypass durante un segundo. El control de la derecha ajustan esas velocidades, mientras que el de la izquierda maneja el nivel de salida y la cantidad de overdrive. En la parte trasera, dos pequeños interruptores permiten seleccionar el tiempo de transición (rápido o lento) y reasignar el potenciómetro de drive para equilibrar los dos altavoces virtuales: las frecuencias graves y los agudos.
El pedal ofrece entradas y salidas estéreo, además de conexión para pedal de expresión que permite variar la velocidad en tiempo real y a su vez conserva una versión reducida de las llamativas luces del RT-20, que visualiza el giro de los altavoces simulados.
En uso
No hay misterio, toque para encender, otro para apagar, y si mantienes el pisotón hasta que el LED cambie de color, el pedal entra en modo de aceleración o frenado. Un sistema imposible de olvidar y casi imposible de usar mal.
Los controles son totalmente intuitivos, sin rarezas ni trampas. Y aunque las luces rojas y azules no aportan nada esencial, resultan hipnóticas al representar el giro de los dos “altavoces” virtuales. Si dejaran de funcionar, las echarías de menos.

Boss RT-2 Rotary Ensamble, frontal
Sonando
Si te plantas frente a un mueble con dos altavoces girando en sentidos opuestos, vas a escuchar una avalancha de modulación: una mezcla de chorus, phasing y tremolo más rica que cualquiera de ellos por separado, pero sin resultar abrumadora. Ésa es la magia del sonido Leslie, y el RT-2 la reproduce razonablemente bien.
Boss ha capturado todos los matices del movimiento: cómo los dos rotores aceleran y frenan a distintas velocidades, cómo el sonido serpentea en modo lento y vibra con delicadeza en modo rápido. En estéreo, con dos amplis, el efecto gana realismo e inmersión. En resumen: cumple.
Lo que no consigue del todo es sonar maravillosamente bien. Es agradable, sí, pero a veces su ecualización se siente un poco cargada en medios —quizá un control de mezcla habría molado— y en los tempos lentos el efecto se vuelve algo mareante, tal vez por un exceso de trémolo.
Los dos primeros modos son bastante parecidos, pero el tercero aporta un cambio tonal importante y un buen chute de ganancia. Se nota especialmente al subir el drive, que en teoría debería ofrecer ese rugido orgánico y denso típico de un Leslie a válvulas… pero aquí se queda algo corto. Suena un pelín áspero y desconectado.
Conclusión
El Boss RT-2 Rotary Ensemble es una propuesta seria y muy bien construida: sólida, práctica y perfecta para quien busque un Leslie fiable y de fácil integración en pedalera. No es el más inspirador, pero sí uno de los más versátiles y consistentes en su rango.
Boss demuestra, una vez más, su capacidad para condensar décadas de experiencia en un formato compacto y listo para cualquier escenario.
Will Martin

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