Revista de Guitarras

Dr Z Maz 38

En este artículo de Cutaway nos vamos a aproximar una vez más a un amplificador de los denominados de boutique. Ya sabemos lo que implica en cuanto a características generales de este tipo de amplis: componentes de alta calidad, soldaduras punto a punto y todo el trabajo cuasi artesanal que se deriva de ello. Este fabricante tejano se caracteriza por hacer amplis con orientación cincuentera, claramente vintage y por la búsqueda del tono como premisa fundamental.

Tal vez sea Buddy Whittington, guitarrista habitual de John Mayall, su mejor embajador. En este mismo número se puede leer una entrevista con él, que ha estado utilizando en su gira europea el Carmen Ghia y sobre todo el MAZ-38.

En esta ocasión vamos a echar un vistazo a un DR.Z, el Maz-18 Junior, hermano pequeño del MAZ-38 usado por el amigo Whittington.
Este modelo está pensado sobre todo para el trabajo en estudio y el directo en locales pequeños, donde hemos podido comprobar que por sí mismo, se escuchaba equilibrado en toda la sala y ésta era un teatro, por lo que no hay que dejarse engañar por los 18 W ya que suelen ser muy poderosos.
Dr.Z
En formato combo el MAZ-18 tiene sus componentes alojados en un mueble robusto, forrado en tolex crema (esta unidad en concreto) y cantoneras metálicas cromadas indicativas de que está pensado para durar mucho tiempo. El panel donde se encuentran alojados los controles está situado frontalmente y debajo suyo una rejilla protege el altavoz, un Celestion G12H Heritage 30W.
Una fuerte asa en la parte superior nos ayuda a mover este combo.

Canales y controles
El amplificador es de un solo canal y se gestiona con los siguientes controles de izquierda a derecha: en primer lugar las entradas de jack, una en alta y otra en baja. La primera para un uso habitual y la de baja, reduce la ganancia y es recomendable para las guitarras equipadas con humbuckers, si es que se quiere conseguir un tono menos medioso y algo más claro.
A continuación nos encontramos los potenciómetros, de aspecto vintage en color crema claro, primero el Volumen que en realidad controla la ganancia, es necesario llevarle a más de la mitad de recorrido para que empiece a saturar, lo que da un colchón grande para los sonidos limpios evitando que rompa la señal inesperadamente.
Tras él los controles de Agudos, Medios y Bajos por ese orden, cumpliendo con el estándar de ecualización tradicional y después de ellos un Master de volumen.
Siguiendo al master, se encuentra un Cut, regula el tono y la presencia en general, como haría el pote de una guitarra. Un último potenciómetro sirve para controlar la Reverb. Para finalizar un par de switches Standby y Power.
DRZ1
Sonido y conclusiones
Realizamos la prueba con una Xotic Strato XS1 de configuración S-S-S, bastante clásica en cuanto a sonidos.
De entrada, como viene siendo habitual en este tipo de amplis, sorprende la excelente proyección de sonido, potente y compensada, responde por igual a todas las frecuencias que manda la señal que llega de la guitarra. Da mucha sensación de volumen. El manejo del amplificador es muy sencillo, solamente hay que ecualizar y trabajarse un poco el Cut, el Volumen y el Master para encontrar, de entrada, un buen tono que después se puede ir matizando.

La orientación del ampli – el empleo de una 12AT al estilo Deluxe Reverb por ejemplo- es clarísimamente conseguir sonoridades vintage, como viene siendo la máxima habitual en DR.Z y desde luego en ese aspecto no defrauda. Define muy bien los sonidos, con una gama de armónicos (sobre todo los segundos y terceros de la serie armónica) muy presentes y controlados. Esto en limpio hace que las sonoridades resulten cálidas y con un sonido campanilleante pero controlado en agudos, que no se desbocan.

Hemos tocado con él desde tonos funkys -el ampli responde bien a la percusión de la púa, a los ataques secos- a rasgeos popys o líneas melódicas suaves mezcladas con acordes. En todos los casos los sonidos han fluido de forma natural, respetándose las frecuencias entre ellas, ningún sonido grave tapaba a uno agudo por poner un ejemplo, todos estaban ahí. La reverb es muy cálida.
Para conseguir sonidos saturados hay que enroscar bastante el ampli y es donde empieza alcanzar una sonoridad Crunch, cuando el ampli da lo mejor de sí mismo, ese parece que es su entorno natural. Parece pensado para el blues, blues/rock y no desmerece para nada tocando rock, le sumamos un pedal de overdrive y aún sonando muy bien, nos pareció menos natural, sin embargo en crunch con el Cut algo recortado, es excepcional el sonido vintage que proporciona, sólo el uso del pote de volumen de la guitarra a lo Joe Bonamassa, teniéndolo a punto de romper, permite jugar perfectamente con las dinámicas.
Si por tu cabeza suena SRV o el mismo Jimi, aquí tienes un firme candidato a dar salida a ese sonido.

José Manuel López

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