Revista de Guitarras

ESP SV Standard

La compañía que fabrica ESP tiene su origen en Japón a mediados de los setenta y su actividad primera era la distribución y venta de piezas para guitarras eléctricas. Es en la década siguiente cuando optan por ser ellos mismos los fabricantes de instrumentos.

El inicio de su producción estaba determinado por la fabricación de instrumentos realizados bajo las especificaciones de los clientes, una estrategia que aún muchas marcas realizan en la actualidad, para posteriormente dedicarse a la producción de los modelos más demandados.

Ya situados en el año 1986 deciden abrir en Nueva York una sucursal dedicada a la producción de modelos signatures.

El abarcar un segmento de mercado formado por músicos con menor poder adquisitivo les obliga a sacar una segunda marca LTD, que en realidad lo que hace es fabricar los modelos de ESP en países con costes de producción menor, en el sudeste asiático. Si tuviéramos que vincular a ESP con algún estilo musical, desembocaríamos necesariamente en el heavy metal y en sus variaciones más extremas: thrash, death etc. porque las características tanto de maderas y diseño como de electrónica, se adaptan a estos estilos musicales perfectamente.

La nómina de usuarios de esta marca es muy grande y algunos de ellos son tan reconocidos como: Hetfield, Hammett, Cavalera o Mustaine. Con esta introducción queda más o menos definido el instrumento del que vamos a hablar, su orientación estilística y el target al que está orientado. Hablamos del modelo ESP SV Standard WH.

ESP SV Standard

ESP SV Standard

Pala

Nos encontramos ante una pala de arce formada por las mismas piezas que el mástil, el frontal es negro con un binding de color blanco y en el destaca el logo de la marca. Las clavijas son Gotoh Deluxe y en este modelo en concreto todo el hardware es dorado.

Puesto que la guitarra monta un Floyd Rose en la pala está alojado el “bloqueador” para las cuerdas y el retainer que las dirige a las clavijas.En la parte posterior esta el número de serie y su “made in Japan” correspondiente, así como el logo que indica la serie de que se trata.

Mástil y diapasón

El mástil de perfil en “D” es de tres piezas de arce y tiene un acabado “satin finish” que le confiere un tacto muy suave, aunque este tipo de acabado termina por ensuciarse bastante. El diapasón es de ébano con un binding blanco y los marcadores de posición son puntos en nácar, salvo el traste doce en donde hay una plaquita del mismo material rectangular y con las letras de la marca grabadas en ella. En el diapasón se encastran los 24 trastes tipo XJ y la guitarra tiene una longitud de escala de 25.5” lo que a priori hará que la guitarra sea blandita de tocar.

La mano se sujeta muy bien en el mástil que es algo más grueso de lo habitual en este tipo de guitarras, se parece más al de una Les Paul para entendernos.

Cuerpo y electrónica

La guitarra es neck thru de construcción característica, que se notará en el sustain ofrecido por el instrumento. Es un diseño atrevido estéticamente, de flecha con alas asimétricas siendo la de arriba mucho mayor, la accesibilidad a los trastes altos es muy buena y por lo tanto deja tocar cómodamente en esa parte de la guitarra.

Por otro lado, tiene un rebaje trasero en la parte superior para dotarla de una mejor ergonomía que permita ejecutar de pie cómodamente puesto que sentado es casi imposible, pero ¿quién toca thrash sentado?

La madera empleada en el cuerpo es aliso, lo que le da ligereza a la guitarra y un sonido equilibrado en toda la gama de frecuencias. El acabado es en blanco con algunas líneas rectas en negro a modo de decoración en la parte delantera, que dan sensación de “rapidez”.

En la parte trasera se haya las tapas correspondientes al acceso a la electrónica de la guitarra. El jack se introduce por un lateral en el ala superior interna, al igual que los pivotes para la correa y el resto de partes metálicas todo es en dorado como ya comentamos antes.

La guitarra monta dos pastillas EMG 81 tanto en la posición de mástil como en la de puente, por lo tanto es activa y no debemos olvidar la pila de repuesto, lleva un solo control de volumen y un switch de tres posiciones para combinar pastillas, más sencillo imposible.

El puente es un Floyd Rose original, poco hay que decir de este tipo de “bridge” de sobra conocido por todos, si acaso recordar que a pesar de ser incómodo para cambiar cuerdas, compensa sobradamente el poder tirar de las cuerdas de manera extrema sin perder en ningún momento la afinación ni la estabilidad.

ESP SV Standard, talón

ESP SV Standard, talón

ESP SV Standard, pala

ESP SV Standard, pala

Sonido y conclusiones

Como la señora parece que lo merece le hemos buscado un partenaire para probarla que le venga bien, hemos optado por un cabezal Diezel Einstein y una 4×12 de Boogie.

La electrónica activa de las EMG´s se caracteriza fundamentalmente por su gran salida, su pegada, eso es lo que se busca en un instrumento así por lo que encaja perfectamente en el concepto general del mismo.Teniendo el amplificador en limpio y la pastilla de mástil activada, nos ofrece un sonido limpio, cristalino, podría estar incluso fuera de la onda metal, incluso algo funk, aunque claro la estética marca mucho.

Mezclando las dos aparece algo más de definición pero sigue siendo brillante, con la del puente se realzan más los agudos. Dándole algo de crunch, aquí la guitarra se pierde, es la parte más débil de la misma, se queda a medio camino de nada, es obvio que pide más ganancia, así que vamos a dársela.

Entramos en terrenos highgain. La pastilla del mástil suena contundente, aquí la guitarra ruge, aparece el sustain por todos los lados y es perfecta para solos y baladas onda death metal.

En la posición intermedia la guitarra se vuelve a despistar, esta claro que no es lo suyo, así que pasamos a la siguiente y vamos al puente.

Aquí se reencuentra con ella misma, ofrece sonoridades muy cañeras puede llegar a cualquier extremo por mucho que le pidas, de nuevo ideal para solos y para interpretar thrash de toda la vida.

Tal vez este sea el territorio ideal para este instrumento, atacando con fuerza te lleva al límite que le exijas.

En conclusión dada la estética y el sonido que nos da esta ESP SV Standard así como su “tocabilidad” parece una opción perfecta para metal y todas sus variantes, es cierto que las pastillas que monta mediatizan mucho el sonido pero en este instrumento esa es una característica necesaria, es una opción muy interesante para todo aquel que quiera un instrumento cañero, incluso agresivo y que a su vez tenga una estética atrevida, no se puede decir más.

José Manuel López

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