Daniel Uribe entrevista
Para este número tenemos con nosotros a Daniel Uribe, un guitarrista colombiano que ha grabado para Karol G, Ricky Martin, Nicky Jam, Camila Cabello, Ed Sheeran, Justin Timberlake, Greeicy, Camilo, Fonseca, Luis Fonsi, Chayanne, Diego Torres, y muchos, muchos más. Hemos hablado con él y nos ha contado muchas cosas interesantes sobre su carrera como músico de sesión. Vamos a verlo.
¡Muchísimas gracias por estar con nosotros, Daniel! Es un gusto y un honor que nos acompañes. Casi siempre tenemos invitados de habla inglesa, así que es muy gratificante tener a alguien que comparte nuestro idioma.
Háblanos un poco sobre tus comienzos, ¿recuerdas tu primera grabación importante?
¿Sabes? Siempre he sido una persona que se deja influir mucho por lo primero que le dicen. Mi sueño con la guitarra empezó con las ganas de girar, creo que muchos empezamos así, viendo vídeos y queriendo estar en escenarios gigantes por todo el mundo. No fue distinto para mí.
Después de un tiempo, alguien me dijo: «¿Viste los conciertos de Michael Jackson?» A lo que respondí que sí, que Jennifer Batten era increíble… y de inmediato esa persona me dijo: «Sí, ella es tremenda, pero… ¿conoces a los que grabaron el disco?» Eso me hizo pensar… ¿cómo que no son los mismos?
Desde ese momento, esa curiosidad quedó en mí. Entendí que había un tipo de músicos distinto, con una especialización diferente. Comencé a ver más música y vídeos, pero quería saber más. La gente seguía diciendo: «Tienes que ver a los que graban», y me pasó hablando de Juanes, Alejandro Sanz y muchos otros. Claramente no solo hablábamos de guitarristas, también de bateristas, violinistas, etc.
A los 18 años comencé a trabajar en una academia, de ahí salían cosas como himnos de colegios y algunos jingles de radio. Después, un estudio llamado «409» me contrató para grabar el disco de un cantante emergente. El productor me dijo que tenía que conocer el trabajo de un tal «Dan Warner», y esa noche hablamos sobre discos de Shakira, Luis Fonsi, entre otros. Me dijo: «Todos ellos tienen algo en común… Dan Warner».
Esa noche escuché por primera vez a Dan Warner, a través del disco «Estar de moda no está de moda» de Tommy Torres, y me cautivó su trabajo de inmediato.
Me obsesioné con la grabación, al principio todo era muy pequeño, en un contexto local y comercial, y de vez en cuando grababa algún disco de un artista. Tenía un ordenador en la sala de casa, y allí grababa todo. Eso fue hace como 14 años.
No recuerdo la primera canción que grabé y que se hizo famosa, pero sí recuerdo que conocí al productor Saga WhiteBlack. Empezamos a generar una relación laboral, y él empezó a enviarme muchas cosas para grabar. Hay una canción llamada «El amante» de Nicky Jam, que fue la primera que empezó a sonar en la radio de manera muy fuerte. Empecé a notar cómo aumentaban los números, y definitivamente esa fue la canción que puso en el radar mi trabajo. Saga comenzó a recomendar mi trabajo en todas partes, siempre le estaré agradecido por eso.
¿Cómo fue la sensación de oír tus guitarras en la radio?
Fue algo increíble. Empecé a viajar mucho. En ese momento, giraba más de lo que grababa. Recuerdo que en otros países empecé a escuchar mis guitarras en aeropuertos, en taxis… Una vez, en Buenos Aires, sonó una canción que grabé para Piso21, y no lo podía creer. Me sentía muy feliz de escuchar mi trabajo en otros lugares, de que otras personas conocieran mi sonido. ¡Fue y siempre será muy emocionante!

Daniel Uribe en su estudio
¿Cómo empezaste a pasar más tiempo en el estudio de grabación?
Ser músico de estudio era un sueño muy lejano, pero al mismo tiempo fue lo que me salvó en una época difícil de mi vida. Estuve unos 5 años tocando con Nicky Jam. Mi pasión es tocar la guitarra, sea en mi casa o en cualquier parte del mundo. En Nicky Jam, la guitarra no se usaba mucho, así que de 25 canciones en un set, yo tocaba en 10 como máximo. Eso me frustró mucho, quería más pero no lo conseguía. Sólo quería tocar, y nada más.
Entré en depresión, no me sentía bien emocionalmente. Me desanimé de tocar y ya no era el mismo. Comencé a enfocarme en la grabación, pero no tenía equipo ni clientes que me recomendaran o me dieran trabajo. Muchos querían estar en mi lugar, girando y tocando, ganando dinero, pero yo no… Yo quería otra cosa. Cuando te conviertes en parte de una banda específica, te pierdes de todo lo demás. Nadie me llamaba, no tenía nada más.
Entonces tomé impulso, comencé a grabar más cosas, pero tenía que ir a estudios de grabación. Al principio funcionaba, pero de repente entregaba las grabaciones y, unas horas después de haber dejado el estudio, recibía una llamada: «Nos gusta mucho, pero cambia el tono, por favor graba todo de nuevo». Y claro… ya no estaba en el estudio. Eso empezó a suceder con más frecuencia y, como te imaginas, era muy complicado.
Tenía una interfaz de sonido muy básica, la más barata de todas (risas) y un SM58. Un día pasó otra vez, tenía que cambiar algo pero ya no estaba en el estudio. Le conté a Saga y me dijo que intentáramos hacerlo, pero tenía que ser ya. En esa ocasión, todo quedó bien, las guitarras funcionaron.
Eso me quedó en la cabeza. Después de un tiempo, me compré una interfaz de mejor calidad y un micrófono de condensador sencillo. Seguí grabando, pero aún necesitaba hacerlo más. En la época de Nicky Jam, por el género, los músicos de los artistas se reunían para jugar al fútbol. En una de esas ocasiones conocí a Ovy on the Drums, el productor de Karol G.
Un día decidí escribirle, le dije que tenía un setup sencillo para grabar y que estaba disponible cuando lo necesitara. Como diríamos en Colombia: «regué la bola» de que yo estaba grabando, y ahí empezaron a pasar muchas cosas.
Un antes y un después fue con Ovy. Un día me dijo que ya tenía unos temas listos, pero que quería escucharlos con guitarra. Me mencionó a un artista argentino llamado «Pablo Londra». Grabé esos temas y, de repente, comencé a escucharlos en todas partes, viéndolos en las noticias y en televisión. Renuncié a Nicky Jam justo antes de la pandemia. Fue impresionante porque, cuando empezó el aislamiento, comencé a grabar muchísimo para un montón de gente. Todos estábamos encerrados, pero los artistas querían seguir haciendo música. Y ahí estuve yo.
Durante la pandemia, mi estudio creció muchísimo. Grabé con un montón de gente. En 2020, grabé para artistas con los que jamás pensé que trabajaría: Alejandro Sanz, Kany García, Ricky Martin… nombres inalcanzables hasta ese momento. Una vez me contactaron mientras estaba en Las Vegas con Camilo, donde conocí a Edgar Barrera, un productor que necesitaba grabar algo urgente. Grabé en la habitación del hotel, me metieron en un grupo de mensajería, y de repente estaba con un montón de personas, entre ellas Ricky Reed, un productor musical estadounidense. Me dijo que el artista me enviaría un audio describiendo cómo quería que sonaran las guitarras. Lo recibí… y era Ed Sheeran. Fue muy emocionante. La canción fue «Bam Bam», de Camila Cabello con Ed Sheeran.

Daniel Uribe, equipo
En tu estudio hay un AxeFXIII, pero recientemente he visto que te has sumado con todo al mundo analógico. Cuéntanos un poco.
Bueno, tengo muchas guitarras, me gusta rotarlas porque cada una tiene su propia voz. Me encantan las Gibson, soy un fanático. Las que siempre tengo en la sala, por nombrar algunas: 335, Firebird y una LP del 59, una Yamaha Pacífica que me dieron hace poco, y una tipo Strat que tiene el cuerpo de metal y está afinada en C, muy usada en Nashville. También tengo una Gretsch, una Duesenberg… Con eso cubro muchas cosas.
En el cuarto de guitarras tengo acústicas Taylor, Jazzmaster, Mustang, Strats, Teles… También tengo instrumentos de países asiáticos, digamos que instrumentos raros, siempre son útiles: pedal steel, Docerola, y bueno, mil cosas más. Hay semanas en las que no grabo guitarras, sino instrumentos folclóricos de muchos países.
¿Qué proyectos vienen?
Bueno, estoy 100% enfocado en el estudio. Hace más de un año que renuncié a Camilo, que era el artista con el que giraba. A futuro, me veo como un guitarrista de sesión, ese es mi objetivo principal y mi enfoque de vida. Estoy grabando un proyecto personal, aunque va muy lento, pero seguro que me dará mucha satisfacción.
Háblanos de tu estudio.
Bueno, últimamente tengo varias cosas nuevas: Divided by 13 FTR 37, Mesa Boogie 90’2 Dual Rectifire, Friedman BE100 Deluxe, Two Rock Classic Reverb Signature, Matchless HC30, 60’s Fender Bassman, Vox AC30 HW, Kahayan 8×4 Midi Switcher, AMP RX Backline 1200, eso en cuanto a amplificadores, además de muchas guitarras, pedales y equipos de estudio.
¿Has pensado en crear contenido guitarrístico? Tipo Tim Pearce, etc.
Sí, me gustaría enseñar desde mi perspectiva, como una persona que no sabe de muchas cosas. Es decir, explicar las cosas para gente que no sabe, justo como yo era. Lo que quiero decir es que no sé mucho de ingeniería de sonido, de «poner el micrófono a cierta distancia e inclinación», no sé nada de eso… Yo busco un sonido que me guste, que sea adecuado para el proyecto, y a partir de ahí comienzo.
Aunque tengo un montón de equipos increíbles, debo decir que, por ejemplo, el primer Grammy que gané lo grabé desde mi casa, en un cuarto que no tenía ningún tipo de tratamiento acústico. Tenía que buscar la hora adecuada para grabar porque había mucho ruido exterior: coches, perros, y bueno, todo lo que te puedas imaginar. Aunque me esforcé por evitar esos ruidos, debo confesar que algunas grabaciones famosas salieron con el sonido de mi perro de fondo… (risas).
¿Cuál es tu rutina de estudio?
Todo el tiempo estoy tocando y estudiando, trato de que no pase un solo día sin hacerlo.
Además, trato de estar siempre revisando referencias, viendo los créditos de quién graba las cosas, otros días escucho las discografías en las que han trabajado Landau, Huff, Bukovac, y todos esos grandes músicos. Transcribo y aprendo todo lo que puedo, cada día.

Amplificadores en homestudio
Aunque estés apartado de los escenarios por ahora, háblanos de alguno que recuerdes especialmente.
Recuerdo muchos… pero quiero hablarte del Madison Square Garden, con Juanes, a quien siempre he admirado… Fue una experiencia increíble, muy feliz.
En otra ocasión estuve en Los Ángeles, en un festival llamado MIA, y tocamos justo antes de John Mayer. Vi sus guitarras, su guitar tech… todo. Fue algo muy impresionante. Y bueno, el último gran recuerdo fue en el Luna Park de Buenos Aires. Soy fan de Dream Theater, así que conozco bien ese disco, y fue un sueño cumplido estar tocando en ese lugar, el mismo en el que tocó Petrucci.
Ha sido un honor tenerte con nosotros, Daniel, muchas gracias por aceptar nuestra invitación.
Gracias, Cris, la pasé muy bien.
Cris Torres

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