Revista de Guitarras

Dan Warner entrevista en español

Dan es considerado el guitarrista «First Call» en Miami. No ha sido de la noche a la mañana. Muchos años de duro y excelente trabajo le han hecho forjar ese adjetivo. Como resultado de ese aprecio por la comunidad musical, adopto tambien el rol de productor durante muchos años. Un tipo muy abierto, amable y relajado y por supuesto, muy musical. Gran parte de las nuevas generaciones le consideran un mentor, siempre ha dedicado parte de su tiempo a esa labor. Con todos vosotros, el maestro Dan Warner.

Dan, muchísimas gracias por compartir este tiempo con nosotros. Comencemos con los años anteriores a convertirte en un músico profesional. ¿Cómo fueron?
Comencé a tocar la guitarra en el mismo día que cumplí 5 años en 1975. Mi hermano había ya estado un tiempo estudiando acordeón y tenía muchas ganas de tocar pero en la escuela decían que tenía que esperar hasta que tuviese 5 años. Estudié en la misma escuela musical en Florida desde que tuve esos 5 años hasta que me gradué en el instituto. Esta escuela era realmente interesante porque además de lecciones privadas, tenían un extenso programa para banda que incluía todo tipo de música, desde música clásica a rock.

Fue de mucha ayuda porque me expuso a una gran cantidad de géneros musicales y técnicas, al igual que la experiencia de tocar y colaborar con otros músicos. No estoy seguro cuando podríamos decir que me convertí en un músico profesional pero comencé a enseñar en esa misma escuela más o menos a tiempo completo a la edad de 14 años y a la edad de 16 comencé a tocar un par de noches a la semana con una banda de rock en bares locales. En mis últimos dos años en el instituto ya estaba consiguiendo tener un buen nivel de ingresos, y más considerando que era un adolescente, enseñando y tocando en vivo.
Estudiaste música/guitarra en la Universidad de Miami, ¿cierto? ¿Cómo fue esa experiencia y que significó más adelante en tu carrera?
Después de terminar el instituto, en 1992, me inscribí en el programa de música de la Universidad de Miami con grado en Studio Music y Jazz. Estudié allí durante 4 años con un profesor brillante llamado Randall Dollahon. UM fue un tiempo increíble en el que fui expuesto a un completo nuevo nivel de musicalidad. Descubrí nueva música y artistas que realmente me cambiaron para siempre.

Muchos de los grandes músicos con los que compartí clases en UM son todavía colegas y amigos y más de unos pocos han conseguido inmensas cosas dentro de la industria musical. Toqué mucho en vivo durante mis años de College y en esta ocasión fue la primera vez que tuve la oportunidad de realizar distintas sesiones para diferentes proyectos de estudiantes y combos. Una clase en particular sobresalió sobre las demás. Se llamaba Studio Rhythm Section. Nos encontrábamos una noche por semana para grabar 3-5 canciones que habían sido escritas por los estudiantes del departamento de Composición para Media. Fue la primera vez que estuve involucrado en algo que se pareciese a una sesión profesional de grabación en la que no sabías que música ibas a tocar por adelantado y cubrías un rango de estilos y requerimientos sonoros. Lo otra parte interesante de esa clase era que me encontraba allí con mi amigo Jeff Babko. Incluso con 18 años, ya estaba claro que Jeff era un músico muy especial.

¿Cuál fue la primera vez en que te introdujiste en el mundo profesional de estudio en Miami?
Cuando me gradué en la Universidad, ya había hecho una sesión o dos para Lee Levin que es uno de mis mejores amigos y uno de los mejores baterías de estudio por mucho tiempo. Lee es unos pocos años mayor que yo y ya nos conocíamos un poco. Él se graduó cuando yo estaba en mis primeros años allí y comenzó a girar y grabar álbumes en el mercado latino casi inmediatamente. Un amigo común me recomendó a Lee para grabar guitarras en unas demos en las que estaba trabajando con su compañero de producciones en ese momento.

Congeniamos inmediatamente. En ese momento, había un programa de televisión en los Estados Unidos llamado Star Search, un precursor de American Idol, The Voice, etc. El show estaba siendo filmado en Orlando y la música estaba siendo grabada en Miami. Lee era parte de la sección rítmica de ese programa. Habían trabajado con 4 ó 5 guitarristas y el productor no estaba contento con ninguno de ellos. Lee decidió recomendarme, a pesar de que solo tenía 22 años y acaba de salir de la escuela. Funcionó bien y acabé haciendo el show durante los siguientes tres años hasta que terminó.

Esas sesiones eran intensas porque se trabajaba mayoritariamente por la noche, algunas veces hasta las 5 ó 6 de la mañana y había muchas ocasiones en que teníamos 28 o más canciones a grabar en 8 ó 10 horas. Cubríamos una tremenda cantidad de estilos y habitualmente hacíamos algún comentario leyendo el chart, grabar un pase o dos y después un pase o dos de overdubs. Usualmente hacíamos 3 canciones por hora. Fue una presión muy intensa y me preparó mentalmente para el trabajo en estudio. Desde ahí comencé a hacer giras con algunos artistas latinos como Ilán Chester, Raúl Diblasio y después en 1994 Julio Iglesias. El puesto en la banda de Julio, en ese tiempo, venia ligado a algo de prestigio, especialmente en Miami, porque había estado trabajando en los anteriores 20 años con «lo mejor de lo mejor» en LA.

En mis 6 años con Julio desarrollé una reputación en el círculo de productores locales y pronto comencé a grabar más que a girar. Fué en ese momento cuando dejé la carretera.

 

¿Cuándo y por qué decidiste añadir el trabajo de productor a tu carrera como músico?
Realmente no decidí ser productor. Ocurrió de forma orgánica. En el principio de los años 2000s, comencé a trabajar con Tommy Torres, que era un nuevo artista, pero a la vez un gran escritor y floreciendo como productor. Tommy tenía el respeto de la comunidad artística puertoriqueña y nosotros (Lee y yo) habíamos trabajado en sus primeros álbumes con la única función de músicos de estudio. En algún momento del 2003, Tommy nos recomendó para que iniciásemos un equipo de producción y coprodujésemos un álbum con una excelente artista: Ednita Nazario.

Ella es la «Reina» de Puerto Rico y una tremenda cantante. La lógica era que Lee y yo que habíamos estado grabando todos esos «grandes» álbumes, contribuyendo a los arreglos más allá de «batería y guitarra». Termináramos trabajando en algunos álbumes más para Ednita y Tommy.

Más tarde todo ello se repitió con muchos más artistas incluyendo a Luis Fonsi, Ricardo Arjona y muchos otros. Lee y yo siempre habíamos compartido una  idea muy similar en general de la música con respecto a la estética que queríamos crear. Nosotros veíamos nuestro rol como músicos como extensión de la canción y la producción. Fue muy natural para nosotros comenzar a producir álbumes en equipo.

Creo que eres uno de los primeros músicos profesionales en Miami en tener un estudio dedicado exclusivamente a la grabación de tracks de guitarra. Muchos de nosotros lo tenemos en casa, pero en tu caso lo hiciste en un lugar diferente. ¿Cómo ocurrió y cuales piensas que son las ventajas de tal situación?
De nuevo, ocurrió de forma natural. En la primavera de 1999, la comunidad de grabación en Miami, por completo, había cambiado a Pro Tools. Literalmente paso de un día para otro. Al mismo tiempo Avid presento su Digi001. Era la primera oportunidad real de poder tener grabación multitrack digital en casa por un precio competitivo y rentable. Por otro lado, era totalmente compatible con las versiones más avanzadas de Pro Tools que usaban en los grandes estudios.

Yo «salté» a por ello en combinación con un Apple G4, un par de monitores Mackie y un par de buenos micrófonos. Estuve trabajando en casa por un periodo de 4-5 años y estaba claro que mi equipo había superado mi espacio disponible. Solo podía tener fuera de su funda un par de guitarras y el nivel de ruido y problemas de volumen con mi familia se convirtieron en muy evidentes.

Sobre el mismo periodo en que había comenzado a producir con Lee tuve la oportunidad de compartir un espacio con mi amigo John Merchan, quien había sido desde 1989 el principal ingeniero de Bee Gees. El tenía un pequeño espacio en el distrito de grabación en Miami, muy cercano a Criteria Studios y no lo usaba demasiado debido a su trabajo con Barry Gibb. Fue un tiempo increíble en el que aprendí sobre grabación, micrófonos, explorar la grabación de guitarras acústicas y amplificadores. John y yo compartimos ese espacio por 3 años y cuando John se mudó a Nashville supe que necesitaba un lugar para trabajar. Estaba haciendo muchas producciones y ya era aparente que la grabación DIY ya era el futuro.

A finales del 2006, encontré un estudio en venta y lo compre a medias con el director musical de Barry Gibb y excelente músico, Doug Emery. Ya estaba construido con su doble cristal y puertas. Además, tenía el espacio perfecto que necesitaba para mi equipo y la grabación de guitarras. He estado allí durante 12 años ya y me siento como en casa.

El equipo de producción que formas junto a Lee se llama «Los Gringos». ¿Cuáles crees que son las ventajas de participar junto a más personas en las labores de producción?
¡Jajaja, realmente se llama «Los Gringo»! Intencionadamente queríamos ser gramaticalmente incorrectos para añadir el aspecto Gringo y hacer enfadar, idealmente, a alguien. Jajaja.

Como dije anteriormente, Lee y yo éramos un «conjunto» natural. Nos complementamos y entre los dos cubríamos bastante terreno. Sin mencionar que es un tipo pequeño y yo no. Juntos hacemos el tamaño de dos hombres normales, jajaja. Lee es uno de los tipos más musicales que yo haya conocido. Sé que suena estúpido porque él es un músico, pero sus instintos musicales y referencias musicales nos son normales para muchos baterías. Además de tocar batería y ser un programador de baterías increíble, también toca guitarra y teclados y realmente entiende como las canciones deben ser esculpidas. Ya no producimos tantas cosas en común como antes, pero siempre estamos trabajando juntos en proyectos. Hemos llegado al punto en que sabemos lo que el otro va a querer poner en un track. En algún punto lo debes saber tras grabar más de 500 canciones juntos durante muchos años. Simplemente entendemos cómo piensa el otro.

Dan, ¿Nos podrías describir cual es el set up que usas en tu estudio de grabacion?
Evidentemente ha evolucionado a lo largo de los años, pero es muy simple. Tengo un par de previos de micrófono Chandler LTD-1. Son básicamente Neve 1073s y para mí ese es realmente el sonido de la guitarra eléctrica. Tengo muchísimas guitarras, pero cuanto más mayor me hago me doy cuenta que mantener todo lo más simple posible es lo mejor. Normalmente uso un par de guitarras tipo Strat, Telecaster, mi 335 o mi vieja amiga James Tyler. Tengo algunas guitarras que proporcionan características especiales como un coral sitar, una guitarra barítono, una eléctrica de 12 cuerdas… pero son guitarras muy concretas que no uso demasiado.

Tengo una pedalera que es siempre un desastre y que tiene los pedales habituales en todas ellas: varios ODs, Fuzz y otros efectos. El único pedal que siempre esta ahí es un original Cali76 con un transformador Lundhal. Este pedal suena increíble para mí. Esa pedalera la uso en combinación con distintos cabezales incluyendo un Two Rock Custom Signature Reverb, un 65 Amps London, Bogner Ecstasy y un Custom Audio Electronics OD100 Classic+. También algunos cabezales vintage como un viejo Marshall JPM, 1965 Fender Deluxe y otros cabezales vintage extraños o peculiares.

Los cabezales los ruteo a través de mi Kahayan amp switcher, que es la mejor pieza de equipo que he comprado en una década. Tengo uno de los primeros prototipos, el cual solo puede combinar 6 cabezales y 4 altavoces. Aún tiene los stickers previos a la producción. A través de esa unidad conecto mis cabezales a diferentes altavoces de estilo Fender y Marshall. Por muchos años, mi principal pantalla ha sido una Bogner 2×12 con Celestion V30s, pero también uso una Two Rock 2×2 abierta o una Germino 4×12 con Greenbacks, dependiendo de lo que necesite. Normalmente tengo un Royer 122 y un Shure SM57 microfoneando los altavoces.

Tiendo a usar más el sonido del 122 pero el SM57 puede añadir una mayor presencia. Estos micrófonos van a los dos Chandler que mencione al principio y de ellos a un rack que me construyo David Phillips en LA Sound Design hace unos 5 años. Ha sido ya modificado un poco desde entonces pero tiene un par de procesadores de efectos digitales para delays y reverbs a los que accedo mediante un Switcher RJM y que mezclo en un CAE Mixer. Desde ahí voy en mono o estero, dependiendo de lo que necesite directamente a ProTools.

Una característica muy importante en la forma en que David cableo mi rack es que tengo dos puntos de inserción separados para entrar y salir de Pro Tools donde puedo usar plug ins dentro del flujo de señal normal dentro del rack. Para acústicas uso o el previo Chandler y últimamente ando utilizando un Retro Instruments Power Strip, el cual es un canal completo a válvulas con EQ y compresión. En cuanto a micrófonos uso un antiguo AKG 414 o un Geffell U75. No suelo usar mucha compresión o EQ en ellos y en mayoría de ocasiones, nada. En ocasiones únicamente hacer un corte en frecuencias graves o un suave limitador porque estoy tocando fuerte. Bastante simple.

Tengo un montón de acústicas Taylor. Esos chicos han sido muy buenos conmigo durante todos estos años y la consistencia de calidad en sus guitarras impresiona. También uso una Gibson J50 del ’63, que suena especialmente bella. Es de mucha calidad y una guitarra que necesita ser tocada más suavemente. Mi guitarra de Nylon es una vieja Takamine. No es nada especial pero trabaja perfectamente para mí y ¡suena genial! Ha estado en cientos de álbumes y en la era de las grandes baladas en 90s y 2000s tuvo “más hits than Bob Marley’s bong»… jajaja.

¿Cuál es tu guitarra favorita o más grabada? ¿Por qué razón es así?
Compre mi James Tyler Studio Elite en el año 1996 y ha sido realmente mi guitarra principal durante la mayoría de mi carrera como músico de sesión. Al igual que tú, era y soy un gran admirador de Mike Landau y mi Tyler fue la primera guitarra «seria» que tuve. Es muy versátil y puede cubrir un gran campo de maniobra. Últimamente, me encuentro usando mi 335 y Tele mucho más. Para mí, soy bastante práctico al usar una guitarra. Me gusta la que suena bien para lo que necesito hacer. Suena simple, pero no me quedo demasiado colgado con lo de «mi sonido».

¿Tienes algún tipo de protocolo cuando alguien te manda una sesión en la que necesitas grabar algún track de guitarra?
En este punto estoy muy familiarizado con los gustos de mis clientes. Trato de obtener algún tipo de instrucción de la dirección general y si suele haber algún tipo de detalle específico como solos o intros. Algunas personas me envían referencias de guitarra pre-producidas y otros dicen… «haz lo que creas». Prefiero siempre que me envíen algún tipo de stem session o como mínimo el track y la voz separada, pero no siempre es el caso. Me gusta poder aislar el bajo o los teclados para estar totalmente convencido de la armonía que se está utilizando, pero en muchas ocasiones es solo un pobremente mezclado mp3 con la pista vocal a muy alto volumen y una armonía que no siempre es evidente.

He aprendido a lo largo de los años que si hay una duda o pregunta acerca de la pista, no empezar a grabar hasta que no estén resueltos. Prefiero hacer las cosas una sola vez y obtener el resultado correcto. Nunca he tenido un problema añadiendo algo a rehaciendo una parte si el producto o artista lo necesita, pero me enerva cuando pregunta y después de grabar las voces comienzan a fluir sus jugos creativos… jajaja. También me gusta cuando me envían una sesión que tiene todo en ella. En esos casos hago algún rápido bounce y reduzco la sesión a un tamaño razonable para poder ver que hay en ella de una forma obvia y razonable.


Sé que eres un tipo «perfect pitch / oído absoluto». ¿Cómo ha sido eso de importante para tu carrera y como manejas la situación con personas que no lo son?

Es una habilidad muy útil, pero es solo eso. No hace el sonido mejor o creativamente la parte mejor. Obviamente ayuda a escribir charts muy rápido y escuchar que está pasando. En ese aspecto, hace que la productividad y el flujo de trabajo se haga mucho más veloz. Para mí, la ironía es que la guitarra es inherentemente un instrumento desafinado. Hay días en los que puedo perder 20 minutos en afinar una guitarra porque no suena correctamente para mí. Es una bendición y un castigo.

Tu grabas mucho en LA, además de Miami. ¿Has pensado en mudarte alguna vez? ¿Cuáles serían las principales diferencias entre Miami y LA como centros de industria musical?
He sido muy afortunado de poder grabar tanto en LA, New York, Nashville, Londres y otros exóticos destinos. He pasado mi entera vida adulta considerando el mudarme a LA. Es el lugar donde todo ocurre. El tamaño de la industria allí es fascinante. Miami es vibrante pero todo el mundo se conoce en mayor parte. En LA, hay decenas de «scenes» en cualquier género imaginable. Piensas en el mundo del film y TV y hay una increíble cantidad de música generada en un lugar. Gran parte de la historia de la música contemporánea ha ocurrido allí  y todos nuestros héroes y leyendas han trabajado allí porque siempre ha representado «lo mejor de lo mejor» en cuanto a músicos. Para mí, vivir allí sería muy divertido por las diferentes experiencias que podría tener. Tengo muchos, muchos amigos allí y he pasado tanto tiempo allí que realmente la siento como una segunda casa en muchos sentidos. Nunca se sabe, quizás algún día acabe en LA.

Hiciste una gran cantidad de material didáctico algunos años atrás. ¿Nos podrías contar algo sobre la experiencia y si lo vas a hacer de nuevo en un futuro cercano?
Esos son unos videos que hice con una compañía que está localizada aquí en Miami. Han sido comprados-vendidos muchas veces a través de los años y ahora Alfred Music Pulblishisng los posee. Para mí, enseñar es muy natural. Yo crecí con lecciones toda mi vida  y enseñé a lo largo de todos mis años en el instituto, al igual que un poco en la universidad. En ese momento en el que estábamos filmando esos videos, no había pensado demasiado sobre ello. Era tan solo otro «gig». Pero después de que empezaran a ser visionados en algunos canales por cable, fui reconocido en algunas ocasiones y me llegaron comentarios de que algunas personas habían aprendido a tocar la guitarra a través de esos videos. Eso sienta realmente bien.

Yo creo fervientemente que cualquier persona que pueda incorporar la música como parte de su rutina diaria va a ser un mejor habitante de este universo. La música es una gran reconfortante y puede ser, en ocasiones, el único lugar en donde gentes muy dispares pueden encontrar un territorio común. No tengo planes de enseñar en un futuro cercano pero nunca me he opuesto a ello. Tengo gente alrededor que me contacta regularmente y pregunta y siempre intento ser un libro abierto sobre lo que hago.

 

Pablo Padilla.

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