Sergio Vallín 2025 entrevista

Han pasado casi diez años de nuestra primera entrevista a Sergio Vallín y, aprovechando que Maná está girando por España este verano, ha conseguido hacer un hueco en su apretada agenda para charlar con nosotros.
Tras un apoteósico concierto en el Movistar Arena de Madrid, con un rotundo Sold Out, me recibe y me muestra la persona que hay detrás del artista. Sergio es, sin duda, el amigo que cualquiera desearía tener y el compañero ideal que toda banda necesita; la pieza clave que sirve de catalizador para que una carrera musical pueda durar toda la vida.
Es tranquilo y empático, sincero y divertido, agradecido y capaz de conjugar y reflejar todo esto en su arte. Cualidades que, ya sean innatas o adquiridas, lo convierten en un guitarrista todoterreno capaz de tocar delirantes solos como un auténtico Guitar Hero angelino o piezas clásicas precisas con guitarras de cuerdas de nylon.
Y ahora, con todos vosotros, ¡el gran Sergio Vallín!
Buenos días y gracias por recibirme, Sergio. ¿Qué te pareció el concierto de anoche?
Primeramente muchas gracias a ti, Fer, es un gusto conocerte por fin personalmente. El concierto estuvo increíble y se agotaron todas las entradas, España nos encanta y Madrid es una de las ciudades que más nos gusta del mundo. Siempre es un placer compartir nuestra música con la gente en este maravilloso país.
¿Cuál es tu ritual antes de salir a tocar?, ¿tienes algún amuleto, alguna manía o algo que no puede faltar nunca?
Bueno, más que nada, me gusta estar en paz. Antes de salir a tocar me pongo a calentar, hago alguna oración y ahora he incorporado este objeto que me trajo Fher (cantante de Maná) de Japón. Es una especie de cubo estrellado de madera, tiene aristas y al agarrarlo relaja bastante porque toca ciertos puntos de la mano. Algo nuevo para mí que me hace sentir bien.

Sergio Vallín en su estudio
¿Crees que la serenidad y la valentía se entrenan o que forman parte del ADN de cada uno? ¿Cómo se gestiona actuar delante de tantos miles de personas?
Definitivamente depende mucho de la personalidad de cada uno. Hay quienes son extrovertidos y tienen más facilidad pero también conozco artistas introvertidos que lo dan todo en el escenario, por lo que creo que esta capacidad se va desarrollando. En mis primeros conciertos con Maná me imponía mucho tocar con un sistema de P.A gigante en el que, al rozar las cuerdas, suenan cien bocinas.
Sigo sintiendo esa adrenalina desbordada incluso después de 31 años, pero es una emoción buena. Ahora, cuando sales al escenario, dices: ¡Órale, que pase lo que tenga que pasar!
Cuéntame alguna anécdota que te haya ocurrido en un concierto. Algún problema técnico, gracioso o dramático, pero con final feliz.
Ha habido muchísimos momentos, pero te cuento. Justo en mi primer concierto con la banda, tocando en Puerto Rico en un lugar llamado Roberto Clemente, hicimos cuatro Sold Outs seguidos con un aforo de quince mil personas cada noche. Imagínate como estaba… Pues por inexperiencia cometí el error de cambiar las cuerdas de mi guitarra acústica poco antes de la actuación y, tocando “Vivir sin Aire”, estaba desafinadísima. Especialmente el final de la canción, en el que yo termino solo, fue terrible (risas).
Pero bueno, son experiencias que te da el Rock N´Roll y vas aprendiendo a relajarte. Es lo que tiene la música en vivo, siempre estás expuesto a que puedan suceder cosas.
Eres un fanático de The Beatles, ¿has llegado a conocer a Paul McCartney igual que conociste a Paco de Lucía?
No, y poder conocer a algún Beatle es uno de mis sueños en la vida. La primera vez que escuché Abbey Road tenía unos ocho años de edad y dije: “¡Guau, yo quiero hacer canciones!”. The Beatles fue una de las bandas que más me inspiró.
A Paco de Lucía tuve el honor de conocerlo y verlo varias veces. Incluso tengo una guitarra que me firmó, muy amablemente, tras recibirme en su camerino después de un concierto en Guadalajara (Méjico) pocos meses antes de que muriera. Guardo fotos de ese momento, él ha sido uno de los guitarristas que ha marcado mi vida.
Cuando murió no sólo los músicos estuvimos de luto, también gente que no tiene nada que ver con este sector porque era una persona muy conocida. Todo el mundo sabía quién era Paco de Lucía, eso no es fácil.
¿En qué estás metido ahora mismo, compositivamente hablando?
He estado ocupado con Maná preparando un disco de colaboraciones y ahora, en lo personal, estoy dándole forma a un proyecto del que ya te enterarás.
Esto de la música es algo impredecible porque hay veces que tienes la inspiración por las nubes, te sientas y salen muchas cosas pero, en cambio, hay otras en las que no tienes humor suficiente y no sale nada.
Yo creo que es mejor dejarlo fluir, esperar los momentos oportunos y aprovecharlos cuando lleguen.
Cuéntanos algo de MANOS, tu escuela y tu comunidad.
Pues ya tiene seis años de vida y hemos crecido muchísimo. En MANOS somos una familia y tenemos unos maestros extraordinarios. Al principio la escuela estaba más enfocada a la guitarra pero también hemos incorporado bajo, batería, canto… Hacemos muchos eventos especiales y creo que es un maravilloso lugar para nuestros alumnos porque llegan a la escuela y se olvidan de todo lo demás.
Estamos muy felices de haber creado un lugar donde te sientes como en casa, un oasis en el que olvidar tus problemas. Esa era nuestra intención y lo hemos logrado.
Aunque planeamos hacer una expansión online, de momento es una escuela física. Para mí es muy importante vivir la experiencia de estar cara a cara con tu profesor y eso es lo que tratamos de hacer, clases personalizadas.
Hoy día hay muchas plataformas y posibilidades de recibir clases online pero estudiar cara a cara con un maestro es otra cosa. Si tienen la oportunidad, háganlo.

Sergio con su Gibson Les Paul Signature
Háblanos de un día en la vida de Sergio Vallín. Tus hábitos, alimentación…
Ha ido cambiando durante todos estos años (risas). Cuando eres más joven es fácil comer de todo, a la hora que sea y donde sea, pero va pasando el tiempo y te das cuenta de que es verdad eso que dicen por ahí de “somos lo que comemos”.
Tengo la bendición de compartir vida con una mujer que me cuida mucho, que está muy al tanto de todo lo que tiene que ver con la alimentación, la salud física, mental y espiritual. Ella me ha ayudado muchísimo a poner orden en ese sentido, porque ya sabes que la disciplina lo es todo.
Fíjate, por ejemplo, en Lenny Kravitz. Con 61 años está en forma, toca y canta genial como consecuencia de la vida disciplinada que lleva. En el mundo del Rock N´Roll, especialmente, es vital mantener un orden.
Hay muchos ensayos, viajes, largas giras y es necesario controlar lo que haces porque nuestro ambiente es muy “alcahuete”, como decimos en Méjico, y si te desvías un poco te puede ir muy mal.
He perdido grandes amigos que tuvieron vidas muy intensas y, desafortunadamente, eso tarde o temprano la propia vida te lo cobra.
¿Qué otros hobbies tienes que no estén relacionados con la música?
Colecciono trenes en escala H0 y la arquitectura me apasiona. Tengo mi maqueta y es una manera de proyectarme porque en ella puedo construir lo que quiera. Pienso que es una analogía de la vida porque puedes ir añadiendo curvas al circuito, decidir lo cerradas que quieres que sean y, por tanto, el riesgo que correrá el tren al pasar por allí a una determinada velocidad…
A veces la vida es así, hay tramos en linea recta por los que puedes ir a toda velocidad y otros momentos en los que vas subiendo una montaña y tienes que ir a vuelta de rueda porque, si no, se puede voltear la máquina. Si hay una mala conexión entre una vía y otra deja de fluir la corriente y se puede parar el tren, así que son numerosos detalles que tienen mucha relación con vivir.
Cuando estás de gira, ¿sueles visitar tiendas de instrumentos buscando caer en la tentación?
¡Sí! A veces no es posible por cuestión de tiempo o porque la ciudad no te ofrece tantas posibilidades pero me gusta experimentar y conocer nuevos lugares y personas. Encontrarte con una tienda en el camino siempre es sanador… y adictivo, claro (risas).
No sé si te ha pasado alguna vez que llegas a un sitio y ves un instrumento que “te habla”, es algo maravilloso.
Otras veces sucede lo contrario, piensas: “¡Oh, qué linda guitarra!”, pero luego la pruebas y no es lo que esperabas.
Cuando ocurre la magia y una guitarra me habla, tengo que quedarme con ella, ¡tengo que comprarla!
Recomiéndame alguna marca mejicana de guitarras o accesorios que te llame la atención.
En Guadalajara está Olmos Guitarras. Jesús Olmos es muy joven pero lleva muchos instrumentos construidos y está haciendo una importante carrera. Ha participado varias veces en el NAMM Show de Los Ángeles y tengo un par de guitarras suyas con las que toco. Además de ser un gran profesional es un extraordinario ser humano así que os lo recomiendo.
Por otro lado, hay una ciudad en Michoacán llamada Paracho que es muy famosa por sus guitarras y sus buenas maderas. Hay árboles gigantes y buenos lauderos (lutieres) especializados en guitarras clásicas.
¿Puede existir una Gibson Les Paul Signature más bonita y práctica que la tuya? Bigsby, P90 en mástil y humbucker en puente, Goldtop, Murphy Lab, ligera… ¿Qué piensas de ella?
¿Qué te puedo decir? Cada quien tiene sus gustos y esto es algo muy particular. Creo que tú y yo somos afines en el sentido de que nos gustan los mástiles que se sientan robustos y el de esta guitarra es así. Está inspirada en una Les Paul Goldtop de 1955 que me fascina y que obtuve hace mucho tiempo en Norman´s Rare Guitars.
Se la envié a César Gueikian y estuvieron unos meses escaneándola en la factoría Gibson así que mi Signature es básicamente esa guitarra, con todas sus cicatrices originales reproducidas en el taller Murphy Lab, pero modificada con una humbucker y un Bigsby.
Desafortunadamente sólo se fabricaron cien unidades por lo que ya es un poco difícil de conseguir. Está hecha con mucho cariño junto a gente de Gibson como César Acevedo, Gueikian y otros tantos que colaboraron conmigo para que saliera a la luz. Me he sentido muy arropado porque son una gran familia y para mí es un honor formar parte de ella.
Es una guitarra amigable que se toca fácilmente y que pesa poco incluso llevando instalado un Bigsby.
Tener un instrumento en el que confías es maravilloso, también me siento bendecido y feliz por haber contribuido con ella a inspirar a otros colegas guitarristas.

Sergio Vallín en escena
¿Qué opinas del mercado y de los precios de las guitarras actualmente? ¿Crees que están disparados?
Un amigo, al que quiero mucho, me dijo una vez que hay que saber diferenciar entre “guitarras costosas” y “guitarras caras”. Algo costoso es algo que cuesta lo que vale y algo caro es algo que está fuera de lo que realmente vale.
Las guitarras costosas llevan muchas horas de trabajo detrás, tiempo invertido en los procesos de selección de materiales, pintura, retoques, ajustes… precisamente todo eso es lo que la convierte en costosa.
Al comprar algo caro, compras algo que está sobrevalorado y la guitarra más cara no necesariamente tiene que ser la mejor, es algo que yo he experimentado. Pagar un precio muy alto no es garantía de que vas a tener el mejor sonido, a mí me ha tocado probar guitarras espectaculares físicamente que no sonaban como yo esperaba.
Todos adquirimos instrumentos en base a nuestras posibilidades pero creo que al final, obviando los precios, lo más importante es cuando ese instrumento te hace sentir tú. Cuando te permite expresarte como quieres.
Yo, cuando empezaba, compraba guitarras económicas como Yamaha o Aria y las transformaba. Iba al taller del padre del teclista de la banda en la que tocaba (Don George) y allí experimentaba modificándolas con mis propias manos.
Recuerdo aquello como una época genial de mi vida y me parece increíble que aquel chaval de diecisiete años que trasteaba con guitarras llegaría a tener su primera signature con Fender y, más tarde, con Gibson.
Un buen instrumento siempre es importante y es una suerte llegar a encontrarlo. El mejor consejo que se puede dar a un guitarrista es que ahorre hasta conseguirlo, hay buenas opciones a buen precio.
Paul Reed Smith me dijo una vez que lo más importante, cuando estás detrás del escenario antes de salir a tocar, es saber que ese instrumento que llevas en la mano no te va a dejar abajo, sino todo lo contrario. Siempre me acuerdo de esto porque como músico te da seguridad.
Una guitarra de calidad te inspira, te facilita el camino y tiene mucho que ver en tu desarrollo personal. Cuando puedan comprarse un buen instrumento, háganlo. ¡Ahorren, porque vale la pena!
Comparto totalmente todo lo que has dicho y, como esta disertación guitarrera va a ser difícil de superar, vamos a finalizar aquí la entrevista porque además tu equipo te está esperando para viajar a Alicante a tu próximo concierto.
Te deseo la mejor de las suertes en la vida, te agradezco en nombre de Cutaway la gran charla que hemos tenido y, en lo personal, la confianza que me has brindado. Estoy seguro de que nos volveremos a ver pronto.
Gracias a ti y le mando también un fuerte abrazo a José Manuel (director de Cutaway), ha sido un placer.
Ustedes tienen toda mi admiración porque sé que no es fácil mantener una revista en estos tiempos que corren y, definitivamente, gracias a su entusiasmo conocemos más sobre instrumentos y equipo.
Les felicito de todo corazón, ¡ésta ha sido la segunda de muchas más! Nos vemos pronto.
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