Revista de Guitarras

Grosh Electrajet Standard

Hoy acercamos a los lectores de Cutaway a Don Grosh, fabricante de guitarras estadounidense de total orientación boutique. Don no tenía una línea de producción hasta hace muy poco tiempo, pero si miramos sus orígenes es en 1985 cuando comienza a trabajar en Valley Arts, creando guitarras para músicos como Carlton, Lukather o Ritenour, aprendiendo de esa relación a relacionarse con clientes de la mayor exigencia, trasladando esa experiencia a su propia empresa de fabricación de guitarras boutique personalizadas y hechas a mano posteriormente, ya en 1993.

 

Ahondando un poco más en la manera de hacer de Grosh, es necesario decir que se involucra personalmente en todas y cada una de las fases de fabricación de cada instru­mento, para con su supervisión garantizar la co­rrección, la coherencia y la calidad durante todo proceso y poder poner su nombre en la pala con total convicción, como el mismo comenta.

Todos los instrumentos que propone Don Grosh son diseños originales tanto de cuerpo como routing para el mástil o la pala, asumien­do el riesgo de la innovación a la vez que desti­lan el aroma de lo clásico, algo bastante difícil de integrar generalmente. Por otra parte como ingredientes procura conseguir maderas, elec­trónica y hardware de la mayor calidad posible. Bajo esas prometedoras premisas vamos a chequear una guitarra Don Grosh, en este caso se trata de el modelo Grosh Electrajet Standard en acabado Mary Kay Sonic Blue. Desde hace un par de años Grosh fabrica algunos instrumen­tos standard, este es uno de ellos.

La primera sensación visual es la de un as­pecto conocido, algo parecido a una jazzmaster o Musicman Albert Lee, pero enseguida perci­bes que tiene entidad propia, es ligera, equili­brada, cómoda, de una construcción sencilla y con enjundia.

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Pala y mástil

La pala y el mástil pertenecen a la misma pieza de arce en acabado satinado. La pala recuerda a la de una strato aunque la parte circular más pequeña y algo afilado en forma de ola la diferencia. En el frontal se ve el logo de la marca, el país de origen y un tutor para guiar las dos primeras cuerdas en el ángulo correcto hacia el clavijero. Las clavijas de afi­nación están situadas en línea y son Kluson sin bloqueo, que mantienen perfectamente la afinación.

El mástil tiene forma roundback, se le nota moderadamente grueso y sobre él se encuen­tra el diapasón de palorrosa indio, con un radio de 12” escala de 25 ½” y a su vez en él encastrados 22 trastes 6150 medium jumbo, perfectamente nivelados y con un trabajo muy pulcro en el acabado. En el talón se encuentra ubicada la entrada para el ajuste del alma. Los marcadores de posición son “dots” ubicados en los lugares habituales.

La unión del mástil al cuerpo es atornillada, con un neckplate entre los cuatro tornillos y los agujeros, en el mismo neckplate se ve grabado las iniciales del fabricante y el número de serie.

Cuerpo y electrónica

El cuerpo es de aliso, el diseño propio de Don Grosh, le confiere un aspecto atractivo como co­mentábamos antes, mezcla de strato en la parte inferior y jazzmaster en la superior, con reba­jes adecuados para que la guitarra se ajuste al cuerpo a la hora de tocar, el acabado es a la ni­trocelulosa, una capa muy fina que va a contri­buir a conseguir un buen tono y en este modelo en concreto es de color sonic blue, que le otorga un aire sesentero. Lleva un golpeador de color “blanco roto” de tres capas. Al respecto de la electrónica, la guitarra viene equipa­da con dos pastillas Grosh P-90, fueron desarrolladas con el méto­do ensayo-error, es decir proban­do el bobinado hasta encontrar el que se adaptaba al sonido que se perseguía conseguir y a partir de ahí ya se realizan bobinados CNC para conseguir una precisión igual y estable en todas ellas.

Los controles de esta Grosh son dos potes; uno para volu­men, otro para tono y un switch de tres posiciones para selec­cionar las pastillas. El puente cromado, como todo hardware, es un Wilkinson de seis selle­tas con trémolo. En la parte posterior se encuentra la tapa para cubrir la cavidad donde están los muelles que regulan el trémolo. La entrada de jack está situada en el lateral.

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Sonido y conclusiones

La guitarra la conectamos a un Carr, le buscamos un novio apropiado y la primera impresión en limpio es que suena con claridad y definida, se la nota sensitiva y como con ganas de caña. El control de tono destaca por el rango tonal tan amplio que proporcio­na, con lo que ya tenemos una buena herramienta para jugar a buscar so­noridades. Con el tono bien abierto la guitarra suena moderna y clara. Puesta con el ampli algo saturado se obtiene un crunch limpio, grue­so y algo afilado, que con la pastilla del puente puede llegar a ser cortante incluso con mucho brillo, pero para sujetar eso está el control de tono.

Se nota que estamos ante un instrumento de mucha calidad, tal vez no sea totalmente per­sonalizado pero es un estándar de un overall muy alto, mezcla de factores clásicos y de ele­mentos modernos, encontrar el equilibrio en­tre ellos es el trabajo de Don Grosh, porque es así como se llega a un instrumento que cuida el tono por encima de todo, sin dejar la estética o la “tocabilidad” de lado. Todo pensado para conseguir un buen tono, para que destaque la mano del guitarrista, que le sirva de vehículo preciso para expresarse. Desde luego no nos extraña que Mark Knofler la haya adoptado como suya.

 

Demos de sonido en Cutaway 18

 

José Manuel López

Don Grosh

ElectraJet

Aliso

Arce

Palorrosa de la India, perfil “C”

12”

Hueso

Medium Jumbo

Wilkinson de seis selletas con trémolo

Cromado

Blanco de 3 capas

Kluson

Grosh P-90

Potenciómetros de volumen y tono. Switch de 3 posiciones

Lateral

Mary Kay Sonic Blue

 

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