Revista de Guitarras

Matchless Laurel Canyon

Mark Sampson fundó Matchless mientras vivía en Hollywood, California en 1989. Él, junto con sus socios Rick Perotta, Steve Goodale y Chris Perrotta fueron la fuerza inicial detrás de la empresa, que en sus inicios trabajaban incluso en la mesa de la cocina de casa de Rick.

 

El objetivo cuando comenzaron a trabajar en su primer prototipo (el C-30) no era otro que conseguir un amplificador que sonara mejor que los amplis que se producían masivamente, que aguantara bien en una gira y que fueran fiables. Un concepto fácil de pensar pero difícil de conseguir.

Esto los llevó a un trabajo exhaustivo perfeccionando la sección de previo y los circuitos de tono del prototipo. Para ello literalmente “destriparon” transformadores antiguos contando cada vuelta de cable, modificaron altavoces y experimentaron con diferentes combinaciones de estos. Como parte de la investigación solicitaron a diferentes guitarristas como Michael Penn que los probaran y comentaran sobre que cosas funcionaban bien y cuales sería interesante modificar.

También se encontraron con la dificultad de abastecerse de válvulas que en esa época no eran muy populares, de conseguir transformadores que acabaron haciendo para ellos, lo dicho, nada fácil si además requiere muchas horas de trabajo, algo que inevitablemente ponía los amplificadores en un precio elevado de venta.

De algún modo estaban definiendo el concepto “boutique”, que seguirían otros fabricantes como Bad Cat, Dr.Z o Victoria Amp, fabricando a mano y cuidando mucho todos los detalles.

Modelos como Clubman 35, los 15 vatios Spitfire, Tornado y Lightning, los Chieftain, Superchief y Thunderchief se diseñaron en esa etapa inicial de la empresa en North Hollywood.

Para atender la demanda creciente los socios se unieron a US Music Corporation y así poder financiarse y crecer. Años después en 1995 Sampson adquirió Matchless pero sin el resto de socios fundadores y la dirigió hasta 1999.

Matchless invirtió mucho en una nueva factoría y problemas financieros posteriores les obligaron a cerrar en 1998 para reabrir posteriormente en 2000 con una nueva administración. Como siempre hay quien dice que los amplificadores del principio son mejores que los que se fabrican en la actualidad, nosotros vamos a revisar uno de fabricación contemporánea, el Laurel Canyon.

Matchless Laurel Canyon altavoz


Matchless Laurel Canyon 112R

El Laurel Canyon, rinde homenaje y está inspirado en el sonido de la música que se creó por los músicos que residieron en Laurel Canyon a finales de los 60s y principios de los 70s. Hace unos años Jakob Dylan coordinó una película-reportaje al respecto que se llama Echo in the Canyon, muy recomendable para quien sea fan o simplemente tenga curiosidad sobre las canciones y sonidos de esa época altamente creativa.

Construcción, controles

El modelo que vamos a revisar es un combo monocanal de 20 vatios equipado con un altavoz de 12” Celestion Heritage G12H30  (de fabricación custom en el Reino Unido), loop de efectos y reverb de muelles. Es el primer amplificador de la marca que monta válvulas de potencia 6V6, en lugar de las EL84 ó EL34 de los primeros modelos Matchless influenciados por las sonoridades brit más clásicas, algo que le va a dar un carácter sonoro diferente al de un Clubman o un Chieftain, una personalidad sonora propia.

Como un buen amplificador de boutique presenta un cableado soldado punto a punto, un chasis de acero y un cabinet de madera contrachapada de abedul Báltico. Por otro lado se puede elegir la combinación preferida de la cubierta del combo, la placa frontal y la rejilla.

Tiene un peso de 20.8 kg, sus dimensiones son 53,3 x 47 x 24,7 centímetros y presenta un asa de cuero en su parte superior para moverlo.

Los controles se hallan en el panel frontal con la siguiente ubicación, de izquierda a derecha tenemos la entrada de jack, a continuación los controles con knobs chickenhead (que le dan un aire vintage) para los potenciómetros de volumen, el set de ecualización con graves, medios y agudos para a continuación seguir con los controles de master y reverb. Como vemos incluye un control de medios que son fijos en otros modelos de la compañía californiana.

Para finalizar vemos los switches de stand-by y de encendido.

En la parte trasera tenemos la entrada para el footswitch que gestiona la reverb, el send y return del loop de efectos y la salida de altavoz de 4 u 8 ohmios. Como vemos todo muy sencillo de manejar.

Matchless Laurel Canyon trasera

 

Válvulas

Como ya hemos comentado antes el Laurel Canyon es el primer ampli de la marca que emplea 6V6 en la sección de potencia, así que la selección de válvulas queda así:  2 x 6V6 de potencia 3 x 12AX7 en el previo y una 5AR4 rectificadora, una combinación pensada en la creación de un sonido robusto.

La reverb funciona con dos 12AX7/ECC83 y se conduce a través de un tanque de dos muelles, la señal de la misma es paralela a la señal de entrada así que no hay perdida de tono o de consistencia cuando se encuentra activada.

En uso

Veamos como se comporta en Laurel Canyon. Cuando lo conectas se ilumina el logo y el panel de control también se ilumina cuando se encuentra en stand-by, además de molar las luces, no hay problemas para encontrar algún cable o pedal si los has guardado dentro de la carcasa.

Una vez conectado sorprende lo silencioso que funciona, incluso con la reverb al máximo. A la hora de setear los controles de ecualización para cambiar el rango tonal hay que hacerlo con un poco de paciencia porque tienen un efecto tan marcado que es posible que tengas que estar un rato investigando, escuchando para conseguir lo que tienes en mente. El ecualizador es interactivo, las frecuencias medias resultan un poco agudas, así que aunque tengamos los agudos bastante cerrados no vamos a perder brillo. La saturación aumenta si aumentas los medios, de la misma manera que los hace un tweed Deluxe con el control de tono que incrementa la ganancia.

Por el contrario, el control de agudos proporciona brillo sin agregar ganancia. Bajando el control de medios y subiendo los agudos, estaremos cerca del tono Fender grueso de un Blackface.

El Laurel Canyon genera una gran cantidad de graves pero conservando localización y punch. Cuando comenzamos a empezar con sonidos saturados, la transición es gradual y suena natural, esto te permite un buen control sobre la estructura de la ganancia y hace que el amplificador se lleve bien con cualquier tipo de pastillas.

El headroom de este combo es impresionante teniendo en cuenta que estamos hablando de “solo” 20 vatios, con una guitarra con single-coils empezará a romper cuando tenemos el volumen a las once, a las dos ruge y con él al máximo tienes un potente overdrive claro y articulado, nada embarrado. Subiendo los medios obtienes algo más de crunch, mientras que si bajas los agudos consigues sonoridades más dulces.

Matchless Laurel Canyon controles

 

El control de Master casi siempre asociado a amplis multicanal, high-gain, de ecualización compleja y poco valorado en los amplis de tono, funciona de una manera muy práctica sobre todo a bajo volumen parece un atenuador transparente. Por otro lado hay que decir que en un amplificador como este que con un tono seco se consiguen unas sonoridades tan puras y orgánicas, la reverb se integra de manera natural sin interferir en la claridad del sonido.

Podríamos resumir que el Laurel Canyon de manera general, marca su carácter sonoro sin inmiscuirse en el tono de la guitarra. Realmente puede generar tonos al estilo Fender de los años 60, pero aquí hay una suavidad, timbre y riqueza armónica similares a las de Vox que ayudan a darle al Laurel Canyon su propia identidad.

Se parece más a un Fender sesentero modificado por un buen técnico, ofreciendo un rango de ganancia extendido, un buen timbre, refinamiento y sensibilidad al tacto. Claro, no es barato, no es fácil conseguir esto, pero sin duda si te lo pillas te llevas uno de los mejores amplificadores de válvulas contemporáneos y eso es mucho decir.

Will Martin

0 comentarios en Matchless Laurel Canyon

Deja tu comentario