DV Mark Micro 50

Marco de Virgilis es la persona al mando de MarkBass, marca que en un plazo muy corto de tiempo marcó la pauta a seguir al respecto de la amplificación para bajo. Su visión fue la de “miniaturizar” los cabezales de manera que ya no fuera necesario para tener un buen sonido necesitar de un roadie o dejarte la espalda en el empeño para mover el ampli de un sitio a otro.

Por una parte la ligereza en los combos y pantallas al emplear conos de neodimio y por otro lado el tamaño reducido de sus minicabezales han sido ventajas competitivas difíciles de superar y que fueron paulatinamente incorporadas a su vez por la competencia. Es indudable que dieron un vuelco a la tendencia del mercado.

¿Qué pasa con las guitarras?

En el mundo de la amplificación de guitarra esto todavía no se ha conseguido, la amplificación a válvulas sigue fuertemente arraigada y las sonoridades clásicas se van reinventando cada día por lo que parece una difícil tarea la reducción de las carcasas que albergan circuitos, válvulas, transformadores etc.

Sin embargo bien es cierto que para los partidarios del estado sólido que ponen su énfasis sobre todo en los sonidos limpios existe ya la opción de poder llevar tu minicabezal en la funda de la guitarra o simplemente tener una unidad de amplificación de reserva que apenas ocupe espacio.

Esto nos lleva a DV Mark, la línea de amplificación para guitarra de MarkBass y dentro de ella nos encontramos con el DV Micro 50 del que vamos a tratar en este artículo no sin antes comentar que artistas como Stanley Jordan, Frank Gambale, Bireli Lagrene, Greg Howe o Dean Brown partidarios de sonidos contemporáneos, son usuarios de DV Mark.

DV Micro 50

Lo primero que te llama la atención cuando sacas el cabezal de la pequeña caja donde viene es que aún es más pequeño que la caja, mide en centímetros 20 x 21 y 6,5 de altura, su peso es de 1,9 kg. Lo dicho cabe en la funda de la guitarra.

Panel frontal

El cabezal entrega una potencia de 50 vatios y presenta para su control una serie de potenciómetros para gobernar sus dos canales.

Se hallan ubicados en el panel frontal de la siguiente manera, de izquierda a derecha y de arriba abajo en primer lugar un mini switch para seleccionar entre los dos canales a su lado un pote DRIVE para ajustar el nivel de distorsión desde sonidos crunchys a overdrives en el canal Lead, a su lado dos botones controlan los agudos y bajos en el canal Lead y después un Level va a servir para regular el volumen del cana Lead.

En la línea inferior tenemos la entrada de Jack a su lado una entrada AUX para conectarse con un iPod, CD o un reproductor de mp3, la señal se ajusta desde la guitarra.

Continúa un Level que regula el volumen del canal limpio y le sigue un set de ecualización de tres bandas –esta vez sí que incluye medios- para ese mismo canal y entrada de auriculares para finalizar.

Panel trasero

En la parte de atrás vemos la toma de corriente, el selector de voltaje, una entrada para footswitch y poder cambiar de canal desde allí, un switch GROUND LIFT para evitar zumbidos de masa y para finalizar dos salidas de altavoces en paralelo, atención porque funciona a 4 ohmios.

Sonido y conclusiones

Como siempre ocurre en los amplificadores en estado sólido los sonidos en limpio superan de lejos a los distorsionados, estos últimos para algunos necesitan mayor calidez. El DV Micro no se aleja de esas sensaciones tiene un buen limpio y un canal lead correcto.

La reverb suena bien aunque un poco intrusiva con un nivel alto de efecto y admite muy bien diferentes pedales, es bastante amistoso en general con ellos.

La respuesta al ataque es rápida y las sonoridades suelen estar controladas, no es un ampli que desboque los sonidos aunque su focalización depende de la pantalla donde lo conectes.

Ligero, fácil de llevar a cualquier sitio y con suficiente potencia es una gran opción para entornos musicales tipo jazzy o de sonoridades claras y limpias. Su precio cercano a los 300 euros hace de él una buena opción a considerar

José Manuel López